Reality Ministerial

Por Última actualización: 20/11/2024

25 de junio de 2024

Por: John Jairo Blandón Mena

El presidente Gustavo Petro anunció durante su reciente visita a Suecia que realizará varios cambios en su gabinete ministerial. Según el primer mandatario, la decisión se sustenta en la necesidad de hacer evaluaciones sobre el desempeño en la ejecución del Plan de Desarrollo por parte de cada ministro en el primer tiempo de su Gobierno. Es el ejercicio legítimo de sus competencias presidenciales; sin embargo, es evidente que los constantes cambios obedecen exclusivamente a los errores en las designaciones.

Gustavo Petro en menos de dos años ha realizado más de una veintena de cambios en el gabinete ministerial. Y en la mayoría, lo que ha hecho ha sido enmendar errores en sus nombramientos. Por supuesto, que la mayor equivocación fue pretender hacer reformas estructurales con quienes en gobiernos anteriores defendieron precisamente las estructuras que se intentan cambiar.

Pero sin duda, el mayor yerro político fue nombrar y mantener aún como ministros, directores o altos funcionarios del Gobierno a personas que no ayudaron a gestar la victoria electoral de la izquierda; y que, en muchos casos, no quieren que se materialicen los cambios y que fungen camaleónicamente como proclives a las transformaciones, pero que en el fondo las atacan y torpedean.

Ya se hizo común incluso entre de funcionarios del Gobierno la utilización de la expresión “fuego amigo”, a la que me he referido en otra columna en DIASPORA.com.co. Roy Barreras, actual embajador en el Reino Unido expresó hace pocos días, que ese es el mal que está aquejando al presidente y a sus más altos funcionarios.  Infortunadamente; detrás de cada fracaso gubernamental está algún allegado a Petro propiciando con su acción u omisión el empoderamiento de la oposición y el retraso en las acciones oficiales.

El Presidente está en todo su derecho de cambiar cuantas veces quiera a sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, es fundamental que los nuevos ministros o ministras designados no se constituyan en un comité de aplausos de su jefe. Urgen personas con manejo político, capacidad técnica y representatividad de los sectores que ganaron las elecciones presidenciales. No se hace justicia, ni se construyen cambios reales cuando quienes han entregado su vida en la lucha por una Colombia mejor, son simplemente marginados por quienes llegan en paracaídas a un proyecto político de cambio que no sienten de manera genuina.

Algunos controvertirán este planteamiento aduciendo que es necesario darle participación a la coalición. Eso es absolutamente cierto, siempre que la unidad que implica una coalición coadyuve a sacar los proyectos del Gobierno. Pero; lo que está ocurriendo, es que tal como ha actuado el Partido Verde, la coalición solamente es buena para negociar el control de entidades, pero esas colectividades se han constituido en los principales obstáculos para materializar el proyecto del cambio. Y lo paradójico, es que, a pesar de ello, continúan con el inmenso manejo burocrático del Estado. Por ejemplo; nadie entiende por qué el Partido Conservador continúa siendo amo y señor de varias direcciones departamentales y seccionales de entidades del Gobierno cuando no viene apoyando las iniciativas legislativas de origen gubernamental.

En medio de esas contradicciones; se apresta el Gobierno a hacer cambios en las cabezas de los ministerios. Ojalá con los nuevos nombramientos que se avecinan, el presidente Petro acierte, ya no hay tiempo para equivocaciones. De las definiciones políticas que se tomen dependerá no solamente el avance en la ejecución del Plan de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida”; sino, cuál sector se fortalece de cara a la próxima contienda presidencial. No vaya ser que por ineptitud o inocencia les dejemos los caminos pavimentados a la derecha para que retome el poder otros 200 años.

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John Jairo Blandón Mena