3 de mayo de 2022
Por: John Jairo Blandón Mena
La actual contienda presidencial ha dejado algo claro: a mayor claridad en las propuestas, mayor favorabilidad en las encuestas. Sin duda alguna, los candidatos que están por fuera de competencia es porque no propusieron algo nuevo o alternativo frente al desastre que vive la nación en casi todos los ámbitos. Los colombianos no aceptan que a la desinstitucionalización y el desgobierno imperante se le responda con continuismo o con el tibio “construir sobre lo construido” de Federico Gutiérrez.
Es que no es fácil proponerle al país cuando se está atado a las élites que lo gobiernan, y adicionalmente, cuando se es inhábil de comprender los padecimientos del ciudadano de a pie. Ni Federico con su discurso neouribista, ni Fajardo con su indefinición y confusión, ni Ingrid con su oportunismo y mal cálculo electoral han podido hacer un planteamiento que responda a las necesidades y a las urgencias de la agobiada población de Colombia.
Esto lo entendió Ingrid Betancourt, y por eso, aunque de manera tardía anunció que probablemente declinará su aspiración. Similar camino debería tomar Sergio Fajardo sino fuera por las penalidades que esta acción le implicaría por haber participado en la consulta de precandidatos presidenciales con financiación estatal. Con todo y ello, sus retiradas sólo lograrían salvarlos de una abrumadora derrota electoral, porque sumados sus eventuales votantes no definirían la victoria de ninguno de los candidatos.
Rodolfo Hernández merece un capítulo aparte. Aunque monotemático, ha sido consistente y coherente con su propuesta anticorrupción. Eso lo ha llevado a posicionarse tercero en las encuestas, y en ser como él mismo lo ha dicho, quien puede definir el presidente en caso de que esto no se defina el próximo 29 de mayo. Y lo cierto, es que, de continuar su coherencia, en una eventual segunda vuelta, Rodolfo no podría sino apoyar a Gustavo Petro, por quien ha mostrado admiración que contrasta a sus duras críticas en contra de Federico Gutiérrez.
Las encuestas premian a Gustavo Petro porque ha sido el único que se ha atrevido a hacer propuestas serias, sustentadas, viables, institucionales y de cara a la nación. El modelo de país que presentan unos y otros candidatos es claro, y la mayoría pareciera ya haberse decidido por quien propone con conocimiento, profundidad, experticia y de manera natural su programa de Gobierno. Y no por quien acude a su celular para consultar datos fundamentales para incluir en sus respuestas, que generalmente, son desacertadas, incompletas, inexactas y evidencian un pleno desconocimiento, o como lo dijo Salomón Kalmanovitz, un intelecto insuficiente para entender la sociedad colombiana.
Yo creo que el economista tiene toda la razón. Una persona que aspire a gobernar el país con total desconocimiento de la estructura y el funcionamiento del Estado, y que ignore por ejemplo la fuente y la destinación de los recursos públicos, porque según él, como buen terrateniente de su tierra “plata es plata”; es citando al mismo Kalmanovitz, un peligro para la sociedad y la democracia.

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