El cambio si, pero con ética

17 de febrero de 2024

Por: Liliana Castillo & John Henry Arboleda

[Liliana Castillo es Activista de Derechos Humanos, Psicóloga Social Comunitaria y Magister en Sociología]

Refréscate la memoria y mira tú conciencia

Fernando Lavoy

Desde el primer semestre del año 2022 un grupo de personas de la población afrodescendiente, en diversos puntos del planeta, se dio a la tarea de pensarse las formas más expeditas para conseguir la ampliación de la representación de esta comunidad en el cuerpo diplomático del Estado colombiano.

Compañeros y compañeras en Colombia, España, Estados Unidos, Ecuador, Cuba y Brasil construyeron una ruta de diálogos con la intención de objetivar el proyecto y encaminarlo hacia la institucionalización de la propuesta. Es decir, hacer de esta iniciativa una política de carácter estatal y no gubernamental, puesto que la premisa es que nuestra comunidad debe tener una representación proporcional al peso demográfico y los aportes cotidianos que hacemos a la transformación de las realidades sociales de la nación y no depender de las voluntades del gobierno de turno para ocupar estas posiciones estratégicas para el Estado.

Este proyecto tiene en su horizonte ampliar la participación política de la comunidad afrocolombiana de la mano de la activación de una serie de estrategias, entre las que se encuentran la formación de afrocolombianos en la carrera diplomática; asegurando el ingreso y permanencia en la Academia Diplomática San Carlos por medio de becas y financiación de los futuros estudiantes-diplomáticos a través del sistema de inclusión diferenciada y diferencial.

Con ello se busca elevar el porcentaje adecuado en la representación, sin que esta se limite a la gestión en el continente madre y posicionar la relación comunidad-movimiento social-Estado colombiano, a partir de la promulgación de un cuerpo de normas que orienten las acciones afirmativas que pueda gestar esta representación.

Las actividades de construcción de la propuesta formal, difusión por medios alternativos propios de las organizaciones que componen el movimiento social y el cabildeo realizado por su gestora, fueron los mecanismos mediante los que se dio forma a esta importante iniciativa.

En esta ruta, divulgar la propuesta en el Periódico Afrobogotano, organizar conversatorios, conformar un equipo interdisciplinario que desempeñara el rol de impulsarlo, gestó la condiciones para avanzar en este propósito. Agendar visitas y diálogos con el Embajador de Colombia en Estados Unidos, acercarse al entramado organizativo de la comunidad afronorteamericana, recopilar datos de representación diplomática afrodescendiente en nuestra región e invitar congresistas– representantes y senadores- afrocolombianos a apoyar la iniciativa, fue parte de este detallado y silencioso trabajo.

Claro, entre los nuestros y nuestras, hubo muchos que no apoyaron, desconocieron o quisieron desconocer la importancia de la propuesta. Todo basado en un cálculo político que solo piensa la inmediatez y el redito clientelar o económico en cada acción que realizan.

De entre el cúmulo de senadores y representantes convocados Sha Dorina Hernández Palenquera y representante por el Pacto Histórico, y parte de su equipo, tomaron la vocería apoyando las sesiones de trabajo que terminaron en la elaboración final del proyecto y guiando las posibles puertas de entrada de este para ser discutido en el próximo periodo legislativo. Hasta allí todo bien.

La gestora y el grupo impulsor, tratando de fortalecer la construcción del sendero por el que transitará el proyecto, adelantó contacto con la representante de los colombianos y colombianas en el exterior, la señora Carmen Felisa Ramírez Boscán, quien recibió con animosidad la iniciativa. Pero oh sorpresa, después de un silencio prudente y la poca intensidad en el dialogo con respecto a la propuesta, recibimos información de fuentes confiables y cercanas a la dinámica política de los partidos progresistas cercanos al gobierno acerca del hecho de que la iniciativa va a ser presentada a nombre de ellos, excluyendo e invisibilizando el denotado trabajo realizado con anterioridad.

Como si se tratara de una idea concebida por ellos y en demostración de la falta de eticidad que circula en el ambiente político en estos momentos, cómo si el trabajo realizado por el grupo de personas de nuestra comunidad no hubiera tenido mayor importancia.  Es decir, los partidos progresistas, en su búsqueda por ganar adeptos y abrir espacios para ellos, a nombre de otros pueblos y dinámicas se apropiaron del proyecto e iniciarán el proceso de radicación invisibilizando nuevamente los esfuerzos de personas de las comunidades y el movimiento social que germinalmente se lo pensaron, habilitaron espacios para fortalecerlo y finalmente lo construyeron.

Estamos convencidos y convencidas de que el cambio que está viviendo el país puede beneficiar a todos los habitantes y en especial a los grupos étnicos, pero por favor, un poquito de ética. Que tienen que ver este tipo de acciones con un gobierno y unos partidos direccionados a volver a Colombia en potencia mundial de la vida.

Hay que ser ético en el accionar político. EL CAMBIO SI… PERO CON ÉTICA, pues este tipo de comportamientos son los que debemos combatir para allanar los caminos de la paz y la reconciliación tan cacofoneada y poco sentida por parte de los políticos que en su alternatividad han empezado a convertirse en una suerte de pequeños gamonales tradicionales que ningunean comunidades, acallan, suplantan voces críticas y usurpan iniciativas, todo abanderado en la supuesta legitimidad popular que tiene este gobierno.

La ética nos convertirá en potencia mundial de la vida, si los que la vociferan inician a mostrar respeto por el trabajo de las comunidades históricamente silenciadas. Seguros estamos excluir, invisibilizar, acallar o suplantar para endilgarse trabajos ajenos como propios no será la vía.

Extendemos honesta y abiertamente la invitación a los interesados e interesadas en contribuir en esta iniciativa a que dinamicemos espacios de dialogo, concertación, construcción de agendas y estrategias que garanticen el éxito de esta iniciativa, reconociendo los esfuerzos de quienes sembraron la semilla y posicionemos las voces y cantos de personas y colectivos que direccionen las iniciativas hacia cambios reales.

Por ello insistimos, EL CAMBIO SI… PERO CON ÉTICA, por favor.

afrorrepresentación

Sobre el autor

John Henry Arboleda Quiñonez. Historiador de la Universidad del Cauca. Magister en Estudios de la cultura de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito. Doctor en Política y Gobierno del Instituto de Estudios Universitarios UCCEG de México. Doctorante en Estudios Urbanos y Ambientales del Colegio de México. Tiene amplia trayectoria de trabajo social y comunitario en el Distrito de Aguablanca. Fue director del Programa de Sociología de la Universidad del Pacifico. Autor del libro: Buscando Mejora. Migraciones, territorialidades y construcción de identidades Afrocolombianas en Cali. Ediciones Abya Yala, Quito, 2012. Autor del libro: Cogiendo su pedazo. Dinámicas migratorias y construcción de identidades Afrocolombianas en Cali. Ediciones Poder negro, Medellín, 2017.
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