Cirugías plásticas clandestinas: a un paso de la muerte
07 de septiembre de 2021
Por: John Jairo Blandón Mena
Colombia es el cuarto país del mundo donde más se practican cirugías estéticas. Este honroso o deshonroso ranking fue establecido por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica, sólo nos superan Estados Unidos, Brasil y México. Los procedimientos más realizados son la liposucción, el aumento de senos con prótesis, la abdominoplastia, la lipoinyección glútea, la blefaroplastia, la labioplastia y el rejuvenecimiento vaginal. Y, por estar en el podio mundial en este ámbito, el turismo médico hacia nuestro país ha crecido exponencialmente, tanto que aquí se realizan alrededor del 25% de estos procedimientos quirúrgicos de pacientes fuera de su país de origen.
La pretensión de esta columna no es reprobar las cirugías estéticas que se realizan bajo los criterios médicos y científicos que prescribe la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva; esto es, las ejecutadas por un cirujano especializado en cirugía plástica y reconstructiva acompañado de anestesiólogo, instrumentador y enfermero, y practicadas en un quirófano con todas las condiciones y especificaciones técnicas para este procedimiento de alta complejidad.
Las cirugías que se reprochan y donde las autoridades sanitarias y judiciales deberían focalizar su acción punitiva son las realizadas por personas que carecen de la formación médica y posgradual de cuatro años en cirugía plástica estética y reconstructiva. Las que se ejecutan sin el acompañamiento del equipo médico de apoyo al cirujano; o que tienen lugar en spas, peluquerías, garajes o apartamentos. Infortunadamente, todas éstas se están multiplicando en Colombia con dramáticos resultados en muertes y daños graves e irreversibles al cuerpo humano.
Una de las víctimas mortales más recientes es Luz Dary Silva, quien con 29 años decidió someterse a un procedimiento para disolver la grasa del abdomen llamado lipólisis laser, y en la misma cirugía se practicó la lipoinyección glútea, en la que se inyecta en esta parte lo extraído de la zona abdominal. Fue dada de alta el mismo día de la intervención, y en su casa comenzó a sentir dolores insoportables, por lo que fue hospitalizada. La gravedad de las heridas la llevo a sufrir un paro cardiorrespiratorio que le causó la muerte. Hasta ahora la Fiscalía ha descubierto que la clínica estética Cardiofitness de Barrancabermeja, donde tuvo lugar la cirugía no contaba con quirófanos, el cirujano era un médico general sin la especialización en cirugía plástica y el anestesiólogo no había obtenido ese título profesional.
Como Luz Dary, son cientos de personas que pierden la vida en estas prácticas clandestinas. Según el Instituto Colombiano de Medicina Legal en los últimos años las muertes por esta causa han aumentado en un 130%. Y, aunque la lista de lesionados es superior a la de muertos, éstos casos en su mayoría no los conocen las autoridades porque los responsables del daño llegan a acuerdos económicos con las víctimas para evitar las denuncias.
Bogotá, Medellín y Cali son las principales ciudades en las que cada vez proliferan estas operaciones clandestinas. A través de las redes sociales, en discotecas y sitios nocturnos se ofertan procedimientos invasivos en combo, a bajo precio y con modalidades flexibles de pago para ser realizados en spas, centros estéticos y hasta en peluquerías. En Medellín hubo en 2019 una denuncia en la que varios vecinos de una torre residencial documentaron como los ductos del alcantarillado se tapaban con sangre y residuos hospitalarios a raíz de procedimientos estéticos practicados en uno de los apartamentos acondicionado como quirófano.
Desde luego, que pudiera ahondarse desde la mercantilización e instrumentalización de los cuerpos y la definición comercial de estéticas por las causas que subyacen al aumento inusitado de estos procedimientos, que hasta hace dos años ascendían en el país a 275.000 solo en un año. Pero desde lo práctico y más próximo es necesario que la sociedad demande de las instituciones el control de este tema de salud pública. Y, que en lo atinente a quien desee por estética o deba por salud realizarse una cirugía plástica o estética tenga en cuenta que el cirujano especializado, su equipo médico de apoyo y las instalaciones con quirófano son innegociables.