Exclusiones de los Estudios de las africanías, las etnoeducaciones y los Estudios Afrocolombianos en la agenda educativa del nuevo gobierno

By Last Updated: 13/11/2024

 

Barranquilla, 14 de julio de 2022

Señor:

Gustavo Francisco Petro Urrego

Presidente electo

Señora:

Francia Elena Márquez Mina

Vicepresidenta electa

Señor:

Alejandro Gaviria

Ministro de Educación designado

Ref: Exclusiones de los Estudios de las africanías, las etnoeducaciones y los Estudios Afrocolombianos en la agenda educativa del nuevo gobierno

Atento saludo

En primer lugar, la ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE INVESTIGADORAS-ES AFROS, ACIAFRO, Nit: 901.478.655 – 4, desea expresarles que sigue celebrando los triunfos populares de los últimos meses. Se podría expresar todo el sentimiento que estos momentos han despertado, pero esta carta se extendería demasiado, entonces se festeja y se felicita fervientemente su elección y designación. Se espera que, de la mano del pueblo colombiano, en su pluralidad, este sea el gobierno que abra caminos para Vivir sabroso en Colombia.

ACIAFRO, es un espacio de diálogo, encuentro y cooperación entre investigadoras (es) de las africanías de Colombia en relación con otros investigadores, colectivos, organizaciones, asociaciones, grupos de investigación, programas, departamentos, instituciones educativas, institutos, facultades y universidades en África, Asia, Europa, Oceanía, América y el Caribe, para desarrollar y promover investigaciones y estudios que redunden en la profundización, visibilización, sistematización, documentación y exaltación del pensamiento afrocolombiano; la eliminación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia, la homofobia, el sexismo, el patriarcado y la transformación de las realidades sociales, económicas, culturales, políticas, ambientales y psicológicas de los pueblos y las comunidades afrocolombianas, palenqueras, negras, raizales y sectores populares.

Durante décadas hemos estado involucrados en discusiones y producciones intelectuales relacionadas, entre otros, con los estudios de las africanías; pensamiento intelectual afrocolombiano; historia y memoria de la diáspora africana en Colombia. Igualmente, hemos desarrollado investigaciones en torno a las acciones afirmativas, la etnoeducación y la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, racismo en la escuela, Infancias de Gorée, adolescencia y juventud; formación de maestros y afrodescendencia. Asimismo, las indagaciones versan sobre teoría política afrodescendiente, conflicto armado y racismo, suficiencias íntimas, resistencias y resiliencias, feminismos negros y movimientos afrodiaspóricos, cultura, literatura y lengua. Estos complejos campos epistemológicos han evidenciado la necesidad de transformar radicalmente el sistema educativo colombiano. Por esta razón, saludamos el deseo del nuevo gobierno de generar una revolución a partir de los saberes (en plural), en consonancia con la intención del nuevo ministro, Alejandro Gaviria, de dignificar la educación.

No obstante, es sine qua non mencionar un aspecto problemático de nuestra sociedad, evocado por la hoy electa vicepresidenta Francia Elena Márquez Mina durante la campaña: “el racismo estructural” y el impacto de este en la educación. El racismo es un monstruo de mil patas que afecta psicológica, ontológica, cultural, económica y socialmente a todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país; sobre todo, es un generador de violencias multidimensionales; además, empobrece la gente, en todo sentido. “El racismo mata”, diría la vicepresidenta. Desde la disponibilidad de los juegos para la niñez evidenciamos (decenas de investigadoras/es) que no se parecen a la pluralidad del país; las representaciones en los cuentos, dibujos animados y rondas distan mucho de los sentidos de nuestra niñez maravillosamente plural. La decoración institucional también es problemática para la afirmación de nuestras colombianidades. Igualmente, los textos escolares ejercen una violencia multidimensional en la niñez porque no narran sus historias, sus culturas, sus memorias y sus lenguajes, cuando lo hacen, se presenta de manera indigna, tergiversada y reduccionista. Por otro lado, esta ideología afecta el desarrollo psico-social, en la medida en que las diferencias son negadas y cargadas de estereotipos o violencia simbólica del currículo ocultado, el de la ausencia. Además, los procesos de formación de maestros y maestras en pregrado y posgrado se han quedado cortos en la interpretación de la Constitución de 1991 y el mandato de la Ley 70 del 93, la Ley General 115 de 1994, Decreto 1122 de 1998, solo por nombrar algunos. Los imaginarios coloniales heredados por “la nueva blanquitud” en Colombia resultan problemáticos e ignominiosos, ya que promueven el desconocimiento del profesorado afro e indígena como sujetos intelectuales en las universidades.  Del mismo modo, la invisibilidad estadística de la afrodescendencia en el sistema educativo muestra, por acción u omisión, parte de la discriminación racial en el país. La desarticulación del racismo, de la violencia y/o de la injusticia epistémica en todo el sistema educativo debe ser una prioridad en un gobierno alternativo que promueve un gran Acuerdo Nacional sobre lo Fundamental y la idea de convertir a Colombia en Potencia Mundial de la Vida, etc.

En consecuencia, se hizo lectura, con sentimiento agridulce, de las tareas encomendadas por el presidente al nuevo ministro de educación porque de forma explícita desconocen las luchas históricas de las comunidades y pueblos de las africanías, indígenas, gitanos y campesinos en perspectiva de transformación radical del sistema educativo, en contradicción con los postulados del proyecto de gobierno. Los estudios de las africanías, La Etnoeducación y la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, pese a los avances normativos, siguen esperando el compromiso de los gobiernos nacional, regionales y locales para su implementación sustantiva en el territorio nacional. ¿Lograremos consolidar un proyecto de sociedad en paz si el sistema educativo privilegia lo colonial, la blanquitud, el andinocentrismo y el patriarcado?

Por tanto, se exhorta al nuevo gobierno para que revise las tareas encomendadas anclado en el proyecto de sociedad que defendimos en las calles, redes, selvas, ríos, veredas y comunidades a favor de la educación desde la diversidad étnico-racial. Se invita, además, a que los diferentes temas nombrados previamente sean parte central del ejercicio de transformación que se pretende del sistema educativo. El deseo de la ACIAFRO es que esta sea la oportunidad para que se construya un modelo educativo propio, desde nuestra pluralidad, y que este sea enriquecido con aprendizajes de otros países que han logrado avanzar en esta perspectiva. Por supuesto, la Asociación ofrece su concurso para aportar, junto a otros colectivos y grupos, a que este anhelo sea una realidad.

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