Notas de viaje: el viaje de regreso al continente madre
Notas de viaje: el viaje de regreso al continente madre
02 de octubre de 2021
Por: Diana Lorena Montaño Riasco
Lo confieso: en ocasiones se torna tedioso la lectura de cada mensaje en WhatsApp. Lo he dicho. Sin embargo, la información que se comparte a través de esta red social es en muchas ocasiones conveniente. Por ello, les invito a no desestimarla. A finales del 2020, me compartieron la información sobre la Beca Hipólita, un programa recién lanzado por el ICETEX, el cual permite aplicar a maestrías o cursos en las mejores universidades del mundo dentro del ranking Shanghái. Revisaba vagamente la convocatoria inicialmente, mientras pasaban los días en confinamiento por la pandemia declarada por el virus COVID. Volvía a ella de vez en cuando, al no permitírseme circular en espacios públicos, debido a las restricciones de movilidad “retrogradas” decretadas según el sexo. Hasta que decidí postularme a un curso de inglés corto en Sudáfrica. Adelante los trámites con documentación solicitada y cargue mis documentos en el mes de noviembre. Cuatro meses después, me notificaron que había sido aceptada como beneficiaria de la Beca Hipólita. Así que, manifiesto mi agradecimiento a las personas que comparten información valiosa en las redes sociales, el conocimiento es poder, aunque suene a frase de cajón.
El saberme beneficiaria de este programa me emocionó, recordándome el valor que tiene la lucha por la Reparación y la exigencia de las Acciones Afirmativas en la educación para las personas afrodescendientes. Sumado a este sentimiento, el viaje de regreso al continente Madre me conmovió el espíritu, y con ello, la existencia misma de mis antepasadxs que aún habitan en mí, mis ancestrxs, mis guías. El regreso a la cuna ancestral plasmo su emoción en letras, recorriendo frases y tallando cadencias de tristeza, lamentos y alegrías.
Con ustedes quiero compartir el ritmo poético marcado en el retorno, algo tan personal pero tan político; tan mío, pero tan nuestro; tan de los vivos como de los muertos.
El retorno[i]
No puedo evitar llorar,
Han sido tantos siglos alejadxs de ti Madre.
Arrebatadxs de tu regazo, naufragamos sin saber nuestro destino;
Rabia y dolor contra nuestros jefes zumbaba en nuestras cabezas, chupándose el amor que quedaba en nuestro corazón.
Llegaron años de frío y soledad, en los que ni nos podíamos aferrar a nuestra propia existencia.
Cada vez te sentíamos más lejana Madre, e innombrable, casi un vago recuerdo te fuiste convirtiendo para los q nos antecedían en esa penosa realidad infernal.
Tú madre, ya eras inaudible, inolora, irrecordable.
Hasta que volvieron gritando redención los del pasado que se mantienen el presente y atraviesan el futuro.
Los poderosos e irredimibles.
Volvieron gritando, retumbando y recordando tu valor Madre.
Elles se hicieron memoria y así el frío y la soledad se disiparon, abriendo camino al recuerdo.
Recuerdo que mostró caminos, relatos e historias
Relato que se convirtió en canción, en protesta, en décima y verso, en espíritu.
Un espíritu infranqueable, insurrecto e indomable.
Un espíritu de ensueño,
Un espíritu nutrido nuevamente por ti, Madre.
Volver a ser alimentada por ti, Me trajo hasta tu seno.
Se que ya no es como en antaño, pero sé que no negarías q en ti mi existencia ancla sus raíces.
Madre he vuelto
Madre lo siento
Madre lloro
Madre te reencuentro.
[i] Poema de mi autoría escrito el 22 de julio del 2021 próxima al aterrizaje en ciudad del Cabo Sudáfrica.