El pueblo afrocolombiano en el debate de la reparación histórica
05 de diciembre de 2022
Por: Diana Lorena Montaño Riasco
De adolescente me encantaba la canción billete[i] de la orquesta Guayacán: “Todo el mundo le debe billete, todo el mundo le debe pagar, yo no entiendo por qué no le pagan”. En esa época, creía que se referían a salarios no pagados después de largas horas laborales. No fue sino hace pocos años al volver a escuchar esta melodía, cuando comprendí como Guayacán denunciaba al ritmo de la salsa a las potencias que esclavizaron a las personas africanas: “Me debe billete España, me debe el gringo, me debe el francés”; además, exigía el pago de una deuda histórica con el pueblo afrodescendiente haciendo memoria de los vejámenes de la trata trasatlántica: “Me contaba mi abuelito, que encadenado fue que llegó acá, lo metieron en un barco, siendo muy niño vino a trabajar.” Para mí, fue brillante la forma en la que se llevó a la escena musical el debate de las reparaciones, lamentablemente a algunos adolescentes de mi época nos faltaba bastante contexto histórico, para concebir la propuesta política de este tema compuesto por Saturnino Caicedo.
Las reflexiones sobre las reparaciones al pueblo afrodescendiente se han continuado realizando, lo pude constatar en el II Taller Internacional de Reparaciones Históricas realizado en Colombia durante los días 21 y 22 de noviembre de este año. En este escenario pude apreciar las reflexiones de las perspectivas locales, nacionales y globales entorno a este tema desde una mirada estatal y comunitaria, quedando explicita la urgencia de lograr aterrizar el debate de las reparaciones al pueblo ¿Cómo se cumpliría este propósito? ¿Qué se requiere?
Las reflexiones sobre las reparaciones han tenido un lugar profundamente académico, y la apropiación de este debate por parte de personas que no están en estos espacios requiere que la disputa pase por la existencialidad de los cuerpos implicados; es decir, “debe atravesar nuestros cuerpos” como suele aludir la pedagoga, Roció Cabezas. Así, las cosas es imperante hacer uso de otras miradas de intervención de lxs sujetxs políticos contemplando el poder de las artes, la espiritualidad, la música como campos para agenciar transformaciones. Dado que, como afirmó Audre Lord, «las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”, y hemos estado tratando de poner en la escena de las comunidades afrocolombianas el debate de las reparaciones históricas anclados en herramientas facilitadas por la académica occidental.
En tanto, reparar implica la transformación de las realidades económicas, sociales y políticas que crearon las brechas de inequidad en el acceso de derechos; es necesario el cuestionamiento a los sistemas de opresión que atraviesan a las personas afrodescendientes: el racismo es uno de los más profundizados en la comprensión del movimiento social afrocolombiano, pero sin la problematización de la heteronormatividad, el patriarcado y el clasismo, precisar las demandas del pueblo afrocolombiano siempre serán parciales y sesgadas. De modo que, la agenda política de las reparaciones históricas implica incluir en la narrativa a todas las corporalidades y subjetividades del pueblo por el que ensalzan las banderas de justicia histórica.
[i] Mi Billete – guayacán Orquesta https://www.youtube.com/watch?v=ueQSatO4XX4