29 de septiembre de 2024
Por: Jacqueline Jaceguai Chagas Nunes dos Santos [*]
Stuart Hall (1932-2014) y Frantz Fanon (1925-1961) proporcionan un contrapunto a la relación de dominación cultural y explicativa frente al paradigma acuñado desde el siglo XIX por autores no negros que sistematizan en el ámbito del pensamiento centrado en los blancos. Este proceso es esencial para la realización de las relaciones racistas, fomentadas desde hace siglos en los institutos de enseñanza, en las escuelas y, sobre todo, en las universidades de renombre.
En consonancia con el proceso hegemónico positivista de hacer ciencia, muchas universidades colombianas ponen en práctica acciones para desestimular sueños, perspectivas, algunas estrategias podrían basarse en implantar dudas, inseguridades y distracciones. Estas tácticas buscan minar la confianza en sí mismo, desviar la atención y erosionar la determinación. He aquí algunas formas históricamente conocidas que se han utilizado para sabotear trayectorias, incluidas las académicas:
Se fija la atención en las debilidades y defectos que podamos tener, cuando negro, exagerando aún más los errores y dificultades. Esto puede llevarnos a creer que no somos lo suficientemente buenos o que las expectativas son inalcanzables. El objetivo es debilitar nuestra autoestima, para que dudemos constantemente de nosotros mismos. La confabulación deshonesta de subyugar constantemente a las personas negras, generalmente sistematizada por personas blancas -que nunca han tenido que superar el racismo-, alimenta sentimientos de no-lugar y rivalidades en términos desiguales. Mediante esta metodología, se crea un sentimiento de derrota y desmotivación, porque el objetivo es hacernos creer que no somos capaces de lograr resultados aceptables.
Otra táctica se centra en la política secular del pan y circo, que se destaca por ofrecer intencionalmente el peor servicio y poner a disposición migajas distractoras, al mismo tiempo que presenta la futilidad con la intención de distraer con comodidades y pone a disposición programas alienantes y carentes de criticidad, como reality shows, noticieros sensacionalistas y programas que ridiculizan a los demás, donde se fomenta la construcción ideológica de los cuerpos como irrisorios, pasibles de ser asesinados, violados, abusados y listos para ser desechados, generalmente cuerpos negros. También se crea un imaginario de relaciones destructivas, adicciones de todo tipo o incluso «oportunidades» ficticias, como el secuestro de cuerpos negros para abastecer el tráfico internacional de personas.
La amenaza constante y la presión excesiva de fracasar aumentan el miedo al fracaso hasta el punto de que muchos ni siquiera lo intentamos. La idea de éxito consiste en hacernos ver el fracaso como algo insoportable, llevándonos a evitar cualquier riesgo o intento, haciendo que la estrategia de aumentar la vulnerabilidad de las personas negras tenga éxito. La violencia psicoemocional consiste en manipular las situaciones para que nos sintamos emocionalmente agotados y desbordados, dificultando que nos mantengamos centrados en los objetivos y/o actividades académicas. Además, suele crear conflictos o crisis repetidas, en las que se pierde la energía ancestral para seguir adelante.
Además, la blancura reconoce el éxito y valora los resultados de forma selectiva, lo que se manifiesta en considerar insignificante el progreso personal, profesional y académico, devaluando cada pequeño logro negro. Esto hace que perdamos la automotivación al no ver el valor de nuestros logros, y que los logros y el reconocimiento público de los negros no se materialicen.
Otra situación que activa los desencadenantes se centra en que se nos exige a través de la inmediatez, que debemos conseguir resultados inmediatamente, independientemente del contexto y las situaciones. La falta de honestidad de la blancura ha provocado cuerpos enfermos, desánimo y traumas porque no conseguimos resultados con la rapidez que se espera de nosotros.
Esta sensación de precipitación nos lleva a menudo a abandonar espacios y posiciones tradicionalmente blancos y elitistas antes incluso de crear una nueva lógica en nuestras carreras, así como la dinámica de evasión de los programas de posgrado en universidades aristocráticas.
El proceso de aislamiento fomenta un sentimiento de soledad, falta de apoyo, distorsión de las declaraciones y posiciones, que mata emocionalmente a quienes se atreven a desafiar y denunciar el racismo estructural. Sin una red de apoyo, se produce la enfermedad mental y, a menudo, la institucionalización de las personas negras en instituciones mentales, hospitales psiquiátricos y hospitalizaciones obligatorias, que son tácticas de enlucido social destinadas a explotar puntos sensibles de la población negra, como la coerción, el sometimiento, la estigmatización y la alienación, con el objetivo de sabotear el desarrollo ontognoseológico[1] en toda su esencia.
Además, el uso de diversas formas de acoso o microagresiones en el entorno laboral o académico para hacernos sentir indeseables o fuera de lugar.Esto puede crear un clima hostil, en el que nos sintamos aislados y en constante alerta ante diversos ataques, lo que nos disuade de continuar el proceso. Participar en movimientos de articulación comprometidos con la problemática y la acción negra promueve la lucha colectiva, aunque muchas veces no trae resultados rápidos, pero ofrece apoyo y fuerza para enfrentar los desafíos individuales.
Habilitar, acompañar y promover espacios de denuncia, ya sea en la universidad, en el trabajo, en la política o en la sociedad civil, es esencial para la comunidad negra, vulnerable desde hace siglos.La transformación del sistema comienza cuando las personas negras más marginadas tienen voz y poder de decisión, además de ocupar y permanecer en puestos relevantes y destacados de la sociedad.Trascender las herramientas del racismo estructural es un proceso continuo de concienciación, resistencia y empoderamiento.Es posible construir una trayectoria de éxito desafiando las normas racistas y construyendo una coalición de autoprotección que nos mantenga vivos.
Sigamos.
—–
Título original: ¡TODO ES RACISMO PARA TI! La metodología y sistematización del racismo en los programas de postgrado de las universidades colombianas.
[*] Jacqueline Jaceguai Chagas Nunes dos Santos – mujer negra, madre soltera, activista política, candidata a doctora en Cambio Social y Participación Política por la Universidad de São Paulo y en Ciencias Sociales y Naturales por la Pontificia Universidad Javeriana.
[1] La ontognoseología es una rama de la filosofía dedicada al estudio del conocimiento y su origen. La palabra se forma a partir de la combinación de dos términos griegos: «onto», que significa ser, y «gnoseologia», que se refiere al estudio del conocimiento. De este modo, la ontognoseología trata de comprender cómo se adquiere el conocimiento y cómo se relaciona con la existencia. https://bibliotecadealexandria.com.br/glossario/o-que-e-ontognoseologia/
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