Por: Diana Lorena Montaño Riasco

“Así como hoy me toco a mí, mañana le puede pasar a usted”, expresaba con voz quebraba por la tristeza y la desesperanza un padre afrocolombiano, quién pedía ayuda frente a los medios de comunicación para encontrar los actores intelectuales de la masacre de los cinco menores en el cañaduzal próximo a Llano Verde el pasado 11 de agosto. Fue un llamado desgarrador, no pude evitar llorar, y verme a mí y a muchos hermanos y hermanas afrocolombianas atormentados frente a la interrogante ¿Cuándo nos tocará a nosotros?, y es que, no es tan descabellado pensarlo, dado que tres de cada cuatro personas negras corren el riesgo de ser asesinados en América latina, según las cifras reportadas por el Banco Mundial para el 2020. 

De acuerdo con esta realidad, las personas afrodescendientes estamos expuestas a mayores factores de riesgos estructurales, proclives a aumentar nuestras probabilidades de convertirnos en víctimas de hechos violentos, entiéndase con ello, desaparición, secuestro o muerte. Esto lo corroboran, testimonios de los  habitantes de Llano verde,  quienes han venido reportando a la fuerza policial hechos irregulares como la desaparición de tres jóvenes, al parecer engañados con la promesa de una oferta laboral en noviembre del 2019; además, la desaparición de Lina María Moreno y asesinato de Catalina Sinisterra Balanta en febrero, aunado al  homicidio del joven líder Cristian Adrián Angulo, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el mismo Cañaduzal, donde fueron masacrados los cinco adolescentes el pasado mes de agosto.

Cada una de estas situaciones de violencia fueron denunciadas ante la fuerza Policial de Cali; sin embargo, en ningún momento activaron alarmas preventivas para garantizar la vida de los habitantes de Llano verde, ni determinaron el entorno circundante al barrio como un escenario de riesgo. A pesar de que, desde el 2000, según reporta el Banco Mundial “Cali ha desarrollado, dentro de sus programas integrales para combatir la violencia, sistemas de vigilancia epidemiológica con información oportuna y periódica”[i]. El reconocimiento de la violencia como un problema de salud pública, no ha implicado la ejecución de acciones preventivas frente a denuncias reiteradas o identificación de factores de riesgo individuales o colectivas en “en 10 de las 22 comunas más la zona rural”[ii], quizás por ello, se han reportado a lo corrido del año 795 homicidios[iii], donde un 10,4% de estos se han dado en el distrito de Aguablanca, a la cual pertenece la Comuna 15,  donde  se encuentra el barrio llano Verde. A mi juicio, el haber escuchado y actuado frente a las alertas tempranas pudo haber evitado la masacre.

Con relación a lo anterior, es preciso señalar, que el enfoque de intervención de la violencia en Colombia, está más inclinado a las acciones de control social propensas a buscar la captura de quienes han cometido un crimen, quizás, por ello, el presidente Iván Duque, el Fiscal General de la Nación y el Gobernador del Valle, ofrecieron recompensas y realizaron discursos recordando “la mano dura de la justicia”. A su vez, también, se promovió presencia masiva del ejército en Llano Verde, y no como respuesta a la masacre sino a razón de que se arrojó días después una granada cerca a la estación de policía del barrio. Así las cosas, la efectividad de las acciones de control social frente a situaciones de violencia parecen no dar mayor efectividad para disminuir los factores de alto riesgo, ni para disuadir a los agresores en detener acciones de hostigamiento, tal y como lo demostró, la amenaza enviada a una de las madres de los adolescentes asesinados instándola a callarse, y a no seguir denunciando y buscando la justicia y verdad frente a la masacre[iv]. Así, se pinta con un matiz concreto de violencia política, este caso, en tanto se propende a mantener una cultura del silencio, terror y miedo, donde concretamente, quienes han perdido a sus familiares, son proclives a ser revictimizados y sufrir las mismas consecuencias, lo que conlleva a la afectación de su salud mental y física, al igual que la de sus familiares.

Conviene subrayar que, la negativa gubernamental para prevenir los costos de violencia, enfatizando en la atención de los factores de riesgo estructurales, tales como el racismo, el sexismo, el desempleo, el clasismo, el limitado acceso a la educación, y a viviendas adecuadas, exacerba la reiteración y agudización de los hechos violentos. Por lo que, conviene no olvidar, que las madres y padres de los menores asesinados viven del rebusque para conseguir el alimento diario de sus hogares, mostrando la notoria desigualdad que, en términos de raza presente en América Latina, donde el 41% de las personas afrocolombianas viven en condición de pobreza, según reporto el Banco mundial[v] en el presente año.

La reducción de la violencia nos debe importar a toda la sociedad colombiana, en tanto la no prevención ha acarreado costos altísimos para el país, y uno de ellos, es la precarización en la inversión y recursos asignados a la educación, ciencia y tecnología, salud, recreación y deporte. Por lo que, gran parte del Producto Interno Bruto se destina a reforzar a la fuerza pública y compra de sus dotaciones para mantener las acciones de control social, ya enunciadas. A pesar de que, se ha demostrado que “La prevención de la violencia es, en general, más eficiente que las acciones de control de la violencia; por ejemplo, en Estados Unidos se estima que por cada dólar invertido en prevención se podrían ahorrar al menos seis dólares invertidos en programas de control”[vi] La tensión esta precisamente, en que la decisión del cambio de enfoque para mejorar la efectividad del descenso de la violencia, justo ahora, está en manos de los señores de la guerra, a quienes los costos sociales de la violencia les vale tres pesos de homicidios selectivos.

[i] (Banco Interamericano de Desarrollo et al., 2000b)

[ii] https://www.elpais.com.co/ultimo-minuto/cali-cerro-septiembre-con-119-homicidios-el-mes-mas-violento-en-lo-que-va-del-2020.html

[iii] https://www.elpais.com.co/ultimo-minuto/cali-cerro-septiembre-con-119-homicidios-el-mes-mas-violento-en-lo-que-va-del-2020.html

[iv] https://www.facebook.com/RedMasNoticias/videos/687428858650976/

[v] https://cnnespanol.cnn.com/2020/06/08/esta-es-la-situacion-de-las-personas-negras-en-america-latina/

[vi] http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252005000100008