21 de mayo de 2024

Por: Equipo de Jóvenes Bogotá – PCN

Reflexiones para el 21 de mayo y más allá del mismo.

Lo negro es hermono, organizado y eterno

[ Dada su importancia y significación, DIASPORA.com.co publica este comunicado remitido por un equipo de jóvenes partícipes de procesos organizativos del pueblo afrodescendiente, conscientes de que el 21 de mayo representa mucho más que una fecha emblemática y exhibicionista.]

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A pesar de los esfuerzos del pueblo Negro por dignificar la vida, el territorio, la esperanza y la libertad, hoy en día, una considerable proporción de los descendientes africanos en Colombia vive en condiciones de empobrecimiento, y sorprendentemente, la mayoría son del pueblo Negro, teniendo en cuenta que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en su Censo del 2018 desapareció en un acto de etnocidio estadístico a 1,4 millones de personas Negras, Afrodescendientes, Raizales y Palenqueras, en su informe estadístico sobre la Pobreza Multidimensional (IPM) del pueblo Negro, encontramos un 30,6%, con 11 puntos porcentuales por encima de la pobreza nacional (vaya uno a saber si es más o menos). Así mismo, en un análisis detallado proporcionado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), se observa que las regiones con la mayor concentración de población afrocolombiana son las que presentan los índices de calidad de vida más bajos en el país. Además, el ingreso per cápita promedio de la población afrocolombiana es de alrededor de 1.940.000 de pesos anuales, una cifra que contrasta con el promedio nacional que supera los 5.800.000 de pesos anuales. Es alarmante que cerca del 75% de la población afrocolombiana recibe salarios inferiores al mínimo legal vigente. Además, la esperanza de vida de esta población se encuentra un 20% por debajo del promedio nacional. Estas estadísticas subrayan la urgente necesidad de implementar políticas públicas inclusivas y equitativas para mejorar las condiciones de vida de la población afrocolombiana en Colombia, así mismo y en contraposición, la necesidad de fortalecer los ejercicios autónomos y autodeterminados del pueblo Negro para construir alternativas hacia el modelo económico actual que nos mantiene en estas mismas condiciones

En materias de reparaciones históricas al pueblo Negro, ha sido un tema de discusión principalmente entre intelectuales y académicos. teniendo una respuesta desde los diferentes gobiernos con políticas públicas generales o lo que conocemos como acciones afirmativas que han merecido sus críticas y así mismo, la casi nula voluntad política de algunas instituciones y funcionarios que aún reproducen el racismo institucional, dificultando de esta manera la completa reparación hacia los efectos de la esclavitud, el colonialismo, colonialidad y el conflicto armado que históricamente han acumulado todo tipo de daños y efectos ecogenoetnocidas contra el pueblo Negro.

Hoy en día, esta lucha se ha venido convirtiendo en un tema importante en la agenda de organizaciones y gobiernos, especialmente desde el liderazgo de la Vicepresidenta Francia Márquez Mina con la creación de la Comisión de Reparaciones Históricas, como un paso importante en el reconocimiento pendiente que tiene Colombia para el abordaje de las injusticias étnico-raciales y su participación en un crimen de lesa humanidad, buscando superar las estructuras contemporáneas de opresión que ha enfrentado el Pueblo Negro, teniendo esperanza en que el proceso pueda reunir no solo las voces burocráticas de los distintos actores estatales que allí se encuentran, es importante que en el dialogo con los diferentes actores pertinentes de los movimientos sociales y organizaciones que han venido adelantando este tema puedan debatir y aportar de la mejor manera en la construcción del Plan Nacional de Reparaciones Históricas pertinente e integral.

El Pueblo Negro en Colombia, viene en la exigencia de sus derechos desde antes de la independencia del País. Eso ha significado una doble lucha, por la libertad y por el reconocimiento como nación, a pesar de la ley de abolición de la esclavitud en mayo 21 de 1851 la Igualdad no llegó a nuestro pueblo y ello nos ha llevado a crear estrategias de lucha y resistencia, organizándonos para avanzar hacia la reivindicación de los Derechos del pueblo Negro por el Estado y la sociedad, dando como resultado  la Ley 70/93 en aras de consolidar un proceso de auto reparación histórica y con ello intentamos garantizar la tranquilidad y abundancia en nuestros territorios Ancestrales, a pesar de ello aun el proyecto no esta completo en materias de conciencia negra, ni mucho menos en avances para la transformación material del pueblo Negro en Colombia.

Aunque la historia del pueblo negro no comienza con la trata transatlántica, la memoria viva de la diáspora africana obligada a asentarse en Abya Yala, sí lo hace. Esta diáspora, al llegar a estas tierras renombradas como América, inició su lucha por la libertad y la participación equitativa. Construyó un pensamiento político atravesado por la vida comunitaria, el arraigo territorial y la pertenencia étnica, basado en lógicas cimarronas que han marcado su accionar cotidiano de revueltas, revoluciones y creatividad propia.

Sin embargo, el papel fundamental que el pueblo Negro ha desempeñado en la construcción y sostenimiento de los diferentes Estados-Nación no ha sido reconocido más allá de lo simbólico. Las prácticas funcionales de borrado desde la colonialidad, el colonialismo, la violencia estructural racista, patriarcal y neoliberal han perpetuado la supremacía blanca/mestiza. Esto ha limitado la construcción de un proyecto negro autónomo y autodeterminado que va más allá del Estado (neo)liberal actual.

Por ello realizamos un llamado a todas las personas negras que sueñan con un mundo diferente a asumir su conciencia negra, construir una línea política desde nuestras lógicas cimarronas y organizarnos como pueblo Negro desde las bases: las veredas, los ríos, el mar, los barrios y todo el territorio nacional, continental e internacional. Las mujeres negras han sido la primera línea en esta lucha por la autodeterminación, la construcción colectiva y la visión de familia extensa. Proponemos un proyecto de pueblo negro que problematice la constitución de un Estado/nación/blanco/mestizo, caracterizado por la exclusión cultural y la marginalización socioeconómica. Aunque hemos logrado un relativo reconocimiento legislativo, las lógicas racistas anti negras aún limitan nuestro desarrollo en Colombia.

El sentir y vivir del pueblo negro dentro de la sociedad colombiana es una acción política de cimarronería que ha permitido nuestra supervivencia y lucha por un nuevo mundo. Sin embargo, a pesar de nuestra larga resistencia, aún no existen garantías completas para materializar y disfrutar efectivamente el sueño libertario trazado por nuestros ancestros en la conquista de los derechos. La continuidad de un modelo social colonial, reforzado por lógicas capitalistas de explotación, destierro, persecución y exterminio, persisten aún.

Durante más de 500 años, los pueblos negros hemos esperado el falso desarrollo prometido por la sociedad moderna capitalista, que se autodenomina “democrática”, “participativa”, “pluriétnica” y “multicultural”. Sin embargo, en la realidad, el pueblo negro sigue siendo parte del 99% de la población que vive en la miseria, carece de servicios públicos, acceso a vías y educación digna, y enfrenta discriminación y segregación racial.

En el contexto actual, aunque tengamos un gobierno progresista, no basta con tener un “gobierno amigo”. Pues su inocencia ante los embates de sus opositores, la infiltración y su inoperancia, intencional o no, han limitado la materialización de políticas y reformas históricas necesarias para hablar verdaderamente de construcción de paz y de un giro político esperado por un grueso de la población que votó. y si bien sabemos que 4 años no son suficientes para poder generar las transformaciones que soñamos, esto genera un sentimiento agridulce, de preocupación que alimenta una visión pesimista del futuro del país, pues medios de comunicaciones hegemónicos alimentan y reproducen estas narrativas día a día, sin alguna respuesta contundente en esta lucha por el cuarto poder.

Es imperativo que despertemos del típico sueño que surge del progresismo. Debemos avivar el pensamiento crítico y estratégico de los movimientos sociales de izquierda, alternativos y radicales. Prepararnos y corregir nuestros errores presentes es fundamental para mantener y fortalecer lo ganado en los dos años restantes de gobierno. Es hora de ejercer el “Sankofa”, recordando las palabras de Mao: abandonar las ilusiones y organizar (nuevamente) nuestras luchas.

Hoy, 21 de mayo de 2024, 173 años después de la abolición de la esclavitud, recalquemos nuestra identidad común, en donde reconocemos a África como fuente de ancestralidad y la africanidad como fundamento de nuestra presencia histórica y cultural en Abya Yala. Nos encontramos como comunidades de base, maestros, artesanos, sabedores, artistas, desempleados, trabajadores, campesinos, estudiantes, figuras públicas, líderes, actores, actrices, funcionarios institucionales e investigadores negros, maricas, mujeres, hombres, jóvenes y niños. Somos un movimiento de multitudes que busca la constitución libre de instituciones y entidades autónomas en todas las esferas de la vida pública y privada: administrativa, presupuestal, financiera, territorial, afectiva y política.

Nuestro proyecto político, basado en la cimarronería, va más allá de la razón moderna capitalista. Buscamos la integridad, transparencia y responsabilidad en su ejercicio, sin vicios burgueses, oportunistas, reformistas o clientelistas. Creemos en la fuerza de la juntanza y la solidaridad de los pueblos que buscan superar la totalidad, buscando la abundancia colectiva por encima de los intereses individuales. Nuestra visión es construir una sociedad justa y equitativa, donde cada miembro pueda prosperar y contribuir al desarrollo (del vivir sabroso, al buen vivir), sin importar su contexto.

Solicitamos a la sociedad civil y a nuestros conciudadanos que reconozcan la historia de nuestro pueblo como nación oprimida dentro de las nacionalidades, de África, la diáspora y los pueblos oprimidos. Nuestro aporte a las ciencias, los saberes y las culturas como algo significativo y de respeto.

Hasta que la dignidad se haga costumbre, nuestra lucha continúa, siempre ¡con nuestra tradicional afirmación de vida y alegría, esperanza y libertad! A continuación presentamos algunos puntos de exigencias externas e internas que consideramos debemos seguir teniendo en cuenta para continuar con la resistencia y revolución en la búsqueda de un mundo distinto, más justo y equitativo:

  1. Pedimos al Comité de reparaciones histórica, en su creación del plan de reparaciones pensarse una reparación histórica integral por los daños causados por la esclavitud, el colonialismo, la república racista y los efectos del conflicto armado interno que ha afectado a la población Negra en Colombia. Esto incluye pensarse en clave de reparaciones psicológicas y económicas, promociones laborales, empresariales y el reconocimiento del racismo estructural por el Estado y la sociedad civil.
  2. Demandamos la creación de una Entidad Territorial Afrocolombiana para mejorar las condiciones de vida de la población negra en Colombia a través de transferencias fiscales específicas del Estado para educación, vivienda, salud, saneamiento básico y emprendimiento.
  3. Demandamos garantías para el desarrollo del derecho a una educación propia y a la etnoeducación, incluyendo la implementación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos en todos los niveles educativos, la inclusión de saberes del pueblo negro en currículos de educación superior, políticas antirracistas para superar el racismo institucional y el reconocimiento de intelectuales negros africanos y de la diáspora en la academia. Esto en cumplimiento del artículo 35 de la ley 70 para que las comunidades negras puedan crear sus propias instituciones educativas y de comunicación.
  4. Exigimos que se priorice la legislación que permita la formalización del Ministerio de Igualdad y Equidad garantizando así efectivas estrategias tendientes a la reducción de brechas de origen étnico-racial.
  5. Exigimos una construcción de paz transformadora, alejada de las concepciones liberales de paz, en donde los actores armados estatales y no estatales asuman su papel en la guerra y los actos violentos que siguen atentando en contra el derecho a la vida y autodeterminación del pueblo negro, pensándonos una paz que empiece en las bases sociales antes que en la burocracia estatal.
  6. Exigimos la solidaridad del Estado y del movimiento social en Colombia frente a los actos de guerra, genocidio y necropolítica que están sucediendo actualmente en países como el Congo Haití y Palestina.
  7. Por último, exigimos que como pueblo Negro organicemos un Congreso que nos permita construir una visión de proyecto político Negro que busque la juntanza, con miras a las nuevas configuraciones que se están dando en la historia del país y el mundo en términos, políticos, económicos, culturales y ambientales, con una agenda propia por fuera de las lógicas de dependencia y de manual presentes en el Estado y la Cooperación internacional.

 

Equipo de jóvenes Bogotá PCN

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