Colombia in English
03 de agosto de 2021
Por: John Jairo Blandón Mena
Los colombianos tenemos muy bajo nivel de inglés. Así lo indicó el ranking internacional realizado por la multinacional de enseñanza de idiomas Education First, que evaluó a 2,2 millones de personas no nativas de habla inglesa en 100 países, dentro de los que Colombia ocupó el puesto 77. En el contexto latinoamericano, de 19 naciones evaluadas, estamos de antepenúltimos. La conclusión más relevante del detallado estudio es que aquí el bajo nivel de inglés es generalizado.
Lo preocupante de la medición es que evidencia un descenso en las habilidades comunicativas de la lengua extranjera en los estudiantes escolarizados de educación primaria y secundaria de las principales ciudades del país. Y preocupa porque Colombia tiene una de las tasas de dedicación al estudio del inglés más altas de la región en esos niveles: 3 horas promedio desde el grado sexto a undécimo para un total de 720 horas de formación en el bachillerato en esa segunda lengua, lo que según los expertos debería asegurar que los estudiantes se graduaran con niveles entre B1 y B2 del marco común europeo de referencia para las lenguas. Pero la realidad, es que los escolares mayoritariamente se mueven entre A1, A2 y en el mejor de los casos A3, que no garantizan el uso adecuado del lenguaje.
La vigente Ley General de Educación (115 de 1994) establece el idioma extranjero como área fundamental en el currículo oficial. Más del 95% de las instituciones educativas dictan inglés. Y, aunque desde 2004 los sucesivos gobiernos han definido programas de bilingüismo con ambiciosas metas, a hoy los resultados contradicen los ingentes recursos que se han invertido.
Juan Manuel Santos en sus dos periodos se propuso que el 50% de los estudiantes graduados de 11 grado certificarían un nivel B1. Para ello apostó a la inclusión del inglés en la Prueba Saber de quinto y noveno. En el mejoramiento de las licenciaturas para los maestros que enseñan ese idioma y la dotación de materiales y recursos pedagógicos y tecnológicos. Su propósito fue una frustración, ya en el ocaso de su periodo solo el 5,6% de los estudiantes lograron la meta planteada para la mitad de todos los del país.
Entretanto, Iván Duque prometió procesos formativos para 8.000 docentes de inglés. A un año de terminar su periodo solo se han beneficiado 3.000. Y el creciente déficit de profesores que desde el 2017 se contabilizaba en 3.200 ya hoy se ha duplicado. Como también se ha precarizado la calidad por falta de formación pertinente y conducente. En un diagnóstico de 2018 realizado a 15.300 profesores de inglés, más de la mitad obtuvieron niveles por debajo de B2 en el marco común europeo; nivel necesario para dirigir un proceso formativo en la primaria o la secundaria.
Argentina tiene el mejor nivel de ingles del continente. De acuerdo a sus autoridades educativas todos se resume en la inversión en la formación docente, en el acceso a nuevas tecnologías para la población estudiantil; de la mano con un programa permanente de inmersión temporal para los educadores en países de habla inglesa.
En Colombia se precisa desde el Gobierno fortalecer la competencia de los profesores de inglés en varias direcciones: financiar programas de perfeccionamiento del idioma, posibilitar intercambios internacionales o inmersiones en centros formativos universitarios de países angloparlantes, dotar con infraestructura tecnológica y pedagógica las instituciones educativas para propiciar mejores procesos e incentivar a corto plazo la formación en licenciaturas en lengua extrajera que permitan llenar el déficit en plazas con docentes de calidad.
Desde luego, que la medida que han intentado adoptar desde el Ministerio de Educación para vincular profesores extranjeros es efectiva, siempre y cuando su vinculación sea como pares de los docentes nacionales para generar trabajo colaborativo que mejore el nivel comunicativo de los educadores colombianos.
Este tema es de suma importancia. La Unión Europea trabaja fuertemente con miras a que sus habitantes para el 2025 hablen entre 2 y 3 idiomas. Ellos entienden que en un mundo interconectado el dominio de la lengua global no solo permite el acceso a nuevas culturas, sino que está relacionado con mayores ingresos, mejor calidad de vida y mayor facilidad para hacer negocios e innovar.
Garantizarles a las nuevas generaciones el aprendizaje de una segunda lengua es tarea urgente en Colombia.