Los silencios de Human Rights Watch

30 de junio de 2021

 

Por: Melquiceded Blandón Mena

Dice un viejo refrán que “el diablo está en los detalles”, lo cual denota que en la valoración de cualquier situación humana, se tiende a resaltar los elementos que guardan relación con las afinidades electivas, o que se ajustan a la estructura de pensamiento de la época y al límite de disonancia que permite el orden imperante. Tal situación se reflejó en el informe que presentó el pasado 9 de junio la organización Human Rights Watch, sobre los abusos a los derechos humanos en el marco del paro nacional en Colombia, que tituló “Colombia: Brutalidad policial contra manifestantes. Urge una reforma policial para prevenir futuros abusos”; donde, desde el anuncio del informe da cuenta del desenfoque y descontextualización histórica, al enfatizar su análisis en las actitudes de la fuerza pública, que para ellos hacen parte de una “brutalidad”, dejando de lado las condiciones históricas y políticas que configuraron y reproducen el régimen represivo colombiano.

No obstante, es un informe construido con rigor académico, con participación de expertos forenses, con un voluminoso registro de entrevistas a defensores de derechos humanos, periodistas y funcionarios de los organismos de control del Estado colombiano, además de los informes del Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior sobre los abusos a los derechos humanos en el marco del paro nacional. Es un profuso material que denota una investigación seria y documentada, sin embargo, una cosa es lo que digan los datos y otra la interpretación y sobre todo los acentuados silencios que en ocasiones como está, dicen mucho más que lo que se pretende callar, ocultar o desdibujar.  

Dos ejemplos, evidencian las afonías de Human Rigths Watch, frente al Estado colombiano. El primer silencio tiene que ver el despliegue de un orden paramilitar entre la Policía Nacional y un ejercito de hombres de civil que en connivencia con la fuerza policial enfrentó a los manifestantes, vigiló y aseguró porciones del territorio urbano en ciudades como Cali y Medellín, secuestró a participantes del paro o transeúntes para producir desapariciones forzadas o entregárselos a la fuerza pública, perpetró heridas contundentes  y asesinó a marchantes; escenario que fue develado por el portal Cuestión Pública (https://cuestionpublica.com/cuando-la-policia-se-alio-con-hombres-armados-vestidos-de-civil/), en estudio que tituló “Cuando la Policía se alió con hombres armados vestidos de civil’’ y que fue publicado el pasado 16 de junio en su página. Esta investigación apoyada en fuentes documentales de audio y vídeo, muestra claramente el despliegue organizativo de pequeños escuadrones paramilitares urbanos que se activan para  chocar, contener, controlar y garantizar el orden ciudadano militarmente. Estos escuadrones de civiles armados articulados y en connivencia con la fuerza policial han estado patrullando constantemente la ciudad de Cali y Medellín, con la misión de hacer el trabajo sucio y paramilitar que durante el día se le imposibilita a las fuerza armadas del Estado. ¿por qué se han producido casi un centenar de muertos civiles con armas letales, en un paro donde el mismo Estado reconoce que el 90% de sus acciones son pacificas o de resistencia civil?

Así pues, frente al orden paramilitar que han reseñado todos los medios de comunicación, Human Rigths Watch, se limita a decir que “Personas armadas vestidas de civil también han atacado a manifestantes y han causado la muerte de por lo menos cinco de ellos”. Esta conclusión es una perogrullada, que nada aporta, el observador en derechos humanos debe ofrecer contextos y atreverse a plantear hipótesis y develar el orden que produce las violaciones a los derechos humanos.

El segundo silencio se configura cuando Human Rights Watch, afirma que no hay sistematicidad en la “brutalidad policial” contra los manifestantes, pero sí existen unas “fallas estructurales profundas”, y por tanto, lo que se requiere es una reforma policial que prevenga futuros abusos.

¿Qué afinidades electivas mueven a Human Rights Watch para concluir que el despotismo de Estado que ha caracterizado a las elites que históricamente han agenciado el bloque de poder en Colombia, sea un asunto de actitudes policiacas brutales superables con una reforma?

Sobre el autor

Melquiceded Blandón Mena. Docente universitario, consultor e investigador social. Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Salud Colectiva de la Universidad de Antioquia. Aspirante a doctor en Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Coautor del libro. Economía popular desde abajo. Ediciones desde abajo, 2017. Coeditor del libro: Des/DIBUJANDO el PAIS/aje. Aportes para la paz con los pueblos afrodescendientes e indígenas: territorio, autonomía y buen vivir. Editorial Poder Negro. 2016. Editor del libro: Debates sobre conflictos raciales y construcciones afrolibertarias. Editorial Poder Negro. 2015. Coautor del libro. Afrodescendencia: herederos de una tradición libertaria. Ediciones desde abajo. 2015. Coautor del libro. Desigualdades socio - espaciales en la distribución de los equipamientos culturales en América Latina. Funámbulos Editores. Abril, 2013.
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