01 de agosto de 2021
Por: Diana Lorena Montaño Riasco
El poeta de la Salsa, Rubén Blades en 1983 lanzó la canción, Desaparecidos en su álbum Buscando América. Allí, nos hace sentir como se acrecienta día tras día la angustia en la búsqueda de un familiar sin saber sobre su paradero. Rubén, nos percata de la desolación vivida por madres, padres, hermanxs tratando de volver a ver los rostros de tantos Ernestos, Altagracias, Agustines y Claras, invitándonos mientras continua su melodía a preguntarnos “¿Adónde van los desaparecidos? y ¿por qué es que se desaparecen?”. En Colombia se reportaron “1579 menores de 18 años como desaparecidos en el 2020”[i], y seguro como pregona en su canción Rubén “Estaban dando la telenovela. Por eso nadie miró pa’ fuera”. Una cifra tan alarmante cómo puede no indignar y generar alertas en la sociedad colombiana, acaso no se percibe las enormes posibilidades de que un familiar sea parte de esta práctica de horror acunada en nuestro silencio cómplice.
Quienes han desaparecido forzosamente en Colombia en su mayoría son personas que pertenecen a grupos de alto riesgo de ser víctimas de trata de personas y residen en zonas empobrecidas y vulnerables en las que se encuentran grupos armados ilegales y organizaciones criminales, según reporta el Departamento de Estado de Estados unidos, entre estos se encuentran las comunidades afrocolombianas, indígenas y victimas del desplazamiento interno armado[ii]. Así, el caso de Alexandrith Sarmiento Arroyo desaparecida forzada en Cartagena hace más de cinco meses al igual que Karina Cabartas Peñata hace 10 años[iii], no han sido una fatalidad del destino sino una arbitrariedad en la toma de medidas para la lucha y prevención de la desaparición y trata de personas por parte de las entidades y autoridades colombianas.
Hace 13 años, Colombia cuenta con una Estrategia Nacional contra la Trata de Personas, reglamentada en el Decreto 4786 de 2008, la cual ha buscado la reducción de este fenómeno a través de la prevención, protección a las víctimas y testigos, articulación con cooperación internacional, investigación y judicialización. Sin embargo, solo hasta el 2016 se inicia con la recopilación y registro de casos de trata, debido a la creación tardía del Observatorio del Delito de la Trata de Personas mediante el decreto 1036/2016. Así que, apenas hace 5 años, se activó la Estrategia Nacional contra la trata. ¿Qué pasó durante los 8 años anteriores en la implementación de la estrategia? ¿Cuántos afrocolombianx, indígenas víctimas del conflicto armado desaparecieron forzosamente sin que la eficacia y eficiencia de la estrategia pudiera vislumbrarse?
A mi parecer, esta violación de Derechos humanos acontece ante la vista silenciosa del Estado, que no ha actuado en el cumplimiento de su función como protector y garante de la libertad y la vida. Recientemente, se informo por parte del observatorio del Delito de Trata de Personas del Ministerio del Interior, mediante el registro y sistematización de casos acontecidos desde el 2013 al 2020, que el 82% de las victimas de trata son mujeres, cuya edad promedio oscila entre los 18 a los 30 años en 55% de los casos, y niñxs y adolescentes en el 12% de los casos. En su gran mayoría las personas víctimas de trata y desaparición forzada son víctimas de explotación sexual[iv]. Sin embargo, esta información solo se comparte para ser parte de cifras investigativas, mientras que los esfuerzos que adelantan organizaciones sociales en el país no alcanzan a sostenerse en el tiempo para resonar en las conciencias y voluntades de la sociedad colombiana.
En Cartagena el Movimiento Social y Ampliado de Mujeres de Cartagena y Bolívar han adelantado acciones para exigir la búsqueda de Alexandrith Sarmiento Arroyo, al igual que han liderado las movilizaciones en rechazo de su desaparición. La insistencia de la colectividad y sus familiares logró que en el mes de junio se apresara a Wayner Ayola Torres, tío político de la adolescente, quien la sacó de su hogar para llevarla al corregimiento de Punta Canoa. Sin embargo, el pasado 01 de Julio se le dejo en libertad por falta de pruebas contundentes para procesarlo. No sé ustedes, pero para mí, llevarse a la joven sin autorización de sus familiares, mandar la razón de su “supuesto ahogamiento” sin ir personalmente y luego fugarse casi por tres meses, es más que prueba suficiente de la complicidad en la desaparición forzada de la que se le acusa. De modo que, allí están las consecuencias de los 8 años de omisión en la implementación de la Estrategia Nacional contra la trata de personas, aún las entidades encargadas de la investigación y judicialización de los casos no pueden evitar incurrir en errores y malos procedimientos a la hora de procesar a los sospechosos, además es inocultable la incapacidad de mantener al sospechoso en custodia para evitar su fuga, ocultamiento de los hechos, y vale subrayar para nuestra realidad narco-política, su acallamiento.
Actualmente, “Colombia representa un lugar de tránsito o destino de actividades de trata transnacional”, por lo que, no podemos considerar que la desaparición forzada con motivos de trata o explotación sexual no se agudizara en el país. Hasta el mes de marzo del presente año se habían reportado 142 menores desaparecidas, pero no escuchamos intervenciones presidenciales al respecto, ni estrategias difundidas para promocionar la prevención y la lucha contra este fenómeno desgarrador. Sin táctica, ni estrategia nuestras autoridades y gobierno alimentan a un monstro en crecimiento que se traga a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes sin dejar rastro físico de su presencia. Sin embargo, queda el insistir en hacer memoria de quien ha sido desaparecido como trinchera de resistencia, en la lucha contra el olvido “¿y cuándo vuelve el desaparecido? Cada vez que los trae el pensamiento ¿Cómo se le habla al desaparecido? Con la emoción apretando por dentro”[v]
[i] https://www.rcnradio.com/colombia/caribe/alcaldia-de-cartagena-rendir-cuentas-por-explotacion-sexual-de-menores-y-trata-de
[ii] https://colombia.iom.int/6-datos-relevantes-sobre-la-trata-de-personas-en-colombia
[iii] Sobre esta desaparición hace referencia Javier Ortiz Cassiani en su artículo: Cartagena es una trata, una vergüenza, una herida. https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/javier-ortiz/cartagena-es-una-trata-una-verguenza-una-herida/
[iv] https://colombia.iom.int/6-datos-relevantes-sobre-la-trata-de-personas-en-colombia
[v] Canción, Desaparecido de Rubén Blades
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