Cumbre afrodescendiente: continúa la lucha por la unidad

Por Última actualización: 19/11/2024

28 de octubre de 2021

Por: Arleison Arcos Rivas

La denominada “Cumbre del Pueblo Negro, Afrodescendiente, Raizal y Palenquero” adelantada en Cali del 20 al 23 de octubre pasado ha puesto de presente la necesidad de avanzar en la consolidación del rumbo autónomo de un movimiento cuya unidad y niveles de coordinación, todavía continúa bloqueado por la dependencia del recurso estatal y la intermediación de figuras que han torpedeado a más no poder el afianzamiento de las conquistas que implicaría la plena reglamentación de la ley 70 de 1993.

Si bien no puede afirmarse que la cumbre haya esclarecido el caminar organizativo para el pueblo descendiente de africanas y africanos en Colombia, sí ha representado una nueva oportunidad para elevar las expectativas frente a las realizaciones que implica adelantar una agenda propia, fortalecer la dinámica participativa y representativa, y enfrentar los retos que implica situarse en plano de incidencia y poderazgo en diferentes escenarios y ante los organismos de los que depende la realización de la política pública correspondiente.

Más importante aún, la cumbre ha estado marcada por la pregunta en torno a la unidad del pueblo afrodescendiente y la manera como debe avanzarse en la consolidación de escenarios de coordinación de las diferentes formas organizativas que le caracterizan, en procura de afianzar el autogobierno en los territorios ancestrales y la articulación en los diferentes poblados y ciudades.

De la presentación de las conclusiones de las cinco mesas que aportaron a la discusión, destaco especialmente:

  1. La exigencia de implementar de manera inmediata acuerdos humanitarios regionales que desinstalen la guerra y las violencias que atentan contra la vida y la identidad en territorios ancestrales y ciudades.
  1. La enorme preocupación por avanzar en los procesos de unidad y coordinación estratégica, demandando la estricta implementación de los Mandatos de Quibdó del 2013 y la Sentencia 576 de 2014, que reconoce la plena autonomía del pueblo afrodescendiente en Colombia.
  1. Se destaca de manera protuberante el protagonismo de las mujeres como activistas, voceras y lideresas en comunidades y territorios en los que persisten en la defensa de la vida, establecen nuevas juntanzas entre hombres y mujeres y se avanza en luchas políticas interseccionales, de género y de inclusión de la diversidad sexual.
  1. Se ha manifiesta preocupación por los impactos perdurables de la desigualdad racial, la omnipresencia del conflicto armado y el bloqueo de las iniciativas del desarrollo propio y el etnodesarrollo; que requieren impulso a iniciativas productivas innovadoras, respetuosas del cuidado ambiental y la sustentabilidad que los pueblos étnicos han alimentado por siglos.
  1. Ha resultado absoluta la denuncia de la malevolencia estatal y de personajes abyectos que han impedido el avance en la reglamentación e implementación integral de la ley 70, proceso eludido por todos los gobiernos en los 28 años de coja vigencia de esta conquista legislativa.

Si bien tomamos distancia del comunicado que los convocantes han hecho público, en cuanto consideramos que no recoge suficientemente la diversidad de posturas expresadas en las mesas y recogidas en sus documentos conclusivos, consideramos muy positivo el que se haya perseverado en la convocatoria a esta instancia participativa. Precedida de precumbres, reuniones de concertación y encuentros previos promovidos por el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano, plataformas y organizaciones, esta Cumbre le apostó a la autogestión como estrategia de convocatoria y realización de un evento multitudinario, al que asistieron todos los que son, sin que estuvieran todos los que pueden ser.

Es claro que, aunque no se trata de erigir jerarquías ni crear nuevas estructuras, el pueblo afrodescendiente en Colombia requiere aunar su accionar para que resulte posible catapultar los resultados de su gestión, darle sentido y mandato a su representación y cualificar su participación en la conducción de los asuntos públicos; mucho más cuando los gobiernos y las elites a las que han priorizado en su gestión pretenden seguir atentando contra la Consulta Previa, Libre e Informada, poniendo en riesgo las conquistas históricas aseguradas por este mecanismo garantista que hace parte del bloque de constitucionalidad. De ahí la urgencia de apuntalar las bases de los procesos de seguimiento a los acuerdos, establecer criterios para la designación de las representaciones y avanzar en la definición de mecanismos propios de gestión y autogobierno.

Así como sus impulsores persistieron en afirmar tozudamente que “la cumbre va”, el pueblo afrodescendiente y todas sus manifestaciones, procesos y organizaciones en el país tendremos que hacer nuestra la idea de que el futuro, unidos con quienes trabajen por la unidad, también será.

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