IE Villa del Socorro en Medellín: ejemplo etnoeducativo para el país
12 de septiembre de 2023
La Cátedra de Estudios Afrocolombianos es una de las grandes conquistas de la población de ascendencia africana en Colombia. Este derecho de aprendizaje para toda la población se deriva de la ley 70 de 1993 de Comunidades Negras y de otros desarrollos normativos de la misma. Sin embargo, esa herramienta que debería ser la que permitiera acceder desde todos los niveles de la educación formal a los saberes afro y al aporte histórico y actual de esa población a la construcción de la nación; pareciera ser un privilegio educativo que solamente pueden gozar quienes en sus instituciones tengan directivos y docentes conscientes de su responsabilidad en la garantía de materializar procesos formativos interculturales.
Los índices de implementación la Cátedra de Estudios Afrocolombianos en el país son realmente bajos. Buena parte de las instituciones que dan cuenta positiva de su desarrollo, lo hacen de manera parcial, reduciéndola a un acto celebrativo el 21 de mayo (día de la afrocolombianidad) o a actividades inconexas desde el currículo.
La exigencia normativa, que es a su vez, la conquista etnoeducativa del Pueblo Negro en Colombia, es que la Cátedra de Estudios Afrocolombianos debe ser un espacio formativo obligatorio en todas las instituciones educativas del país que ofrecen los niveles de preescolar, básica y media. No como lo conciben algunos directivos docentes, docentes y hasta secretarios de educación en algunas municipalidades, que solamente en aquellos territorios o instituciones donde la presencia de personas afrodescendientes sea notable se debe desarrollar la Cátedra.
Nada más racista que ese planteamiento. Un sistema educativo que no vincule de manera transversal los saberes de un grupo que es parte integral de la nación, es simplemente un modelo de formación excluyente; y la exclusión siempre será violencia. La paz debe construirse desde el reconocimiento de la otredad.
Por lo anterior, es necesario resaltar proyectos pedagógicos que le apuestan a la interculturalidad, a la inclusión, al reconocimiento del otro, y al autorreconocimiento de cada sujeto en medio de la diversidad. En esto, la Institución Educativa Villa del Socorro es pionera en Medellín y en el país. Su proyecto etnoeducativo Villa Afro que desarrolla la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, desde el 2008 viene articulando acciones investigativas, curriculares, culturales y de difusión de saberes que han posicionado la etnoeducación, la interculturalidad y la inclusión en primer orden dentro de su cotidianidad escolar.
Este trabajo que ha generado que la comunidad educativa de esa institución, que, por cierto, es la más grande en población estudiantil de Medellín, asuma la diversidad como su mayor riqueza. De igual manera, los numerosos estudiantes afrodescendientes se sienten reconocidos, respetados y parte integral del proyecto educativo. Como consecuencia de este maravilloso trabajo, el ICONTEC y el Ministerio del Interior otorgaron el sello de “No Discriminación” por sus esfuerzos institucionales, curriculares y pedagógicos para eliminar cualquier tipo y forma de discriminación.
Quiero dedicar esta nota a la magnífica profesora Marcelina López Santos, quien coordina el proyecto Villa Afro, quien ama profundamente los procesos de formación etnoeducativos. La profe Marcelina, diariamente respira y vibra con la interculturalidad. Felicitaciones a ella, y que siga construyendo paz, porque esa es la verdadera pacificación que necesita Colombia. Reconocer su inmensa riqueza étnica y cultural.