Por: Diana Lorena Montaño Riasco
¿Y si no somos nosotres quienes hablen
del territorio de sus madres y padres, entonces quién?
Persiste en mi cabeza el coro de una canción de reguetón de Master Joe y OG Black, que me encantaba bailar, en la época de la juventud, mientras solíamos a frecuentar el Bar de Bamboleo en el centro de Bogotá: “Ojalá se vaya la luz, Ojalá se vaya, para pasarme de la raya” En esos tiempos, ese corito se tarareaba como un balbuceo alocado, en un ir y venir, de palabras donde no se revelaba ninguna verdad. No obstante, justo, en este instante su sentido se ha trastocado, ha enunciado una verdad irrefutable: la carencia de suministro de energía eléctrica en muchos lugares del país ha sido la oportunidad perfecta para muchas vulneraciones.
La vereda del Naranjo perteneciente al municipio de Guapi, hace parte de los 1.710 poblados[i] que aún deben iluminarse durante las noches con lámparas hechizas y de Keroseno a base de petróleo, o con velas[ii]. Esta vereda ubicada en el alto Guapi, hace parte de los 189 poblados del Cauca que aún no están interconectados al sistema eléctrico nacional en pleno siglo XXI. A pesar que, desde 1993 el Ministerio de Minas y Energía anunció la entrada del Pacífico colombiano como región prioritaria en la construcción de pequeñas centrales hidroenergéticas y otras fuentes en asentamientos aislados.
Para esa época la nación aportó 300 millones de pesos para la etapa inicial, también se recibieron 65 millones de dólares de un préstamo internacional y se contaron con 3 millones de dólares del Fondo de Proyectos Ambientales para realizar programas en veredas y corregimientos aislados. Lamentablemente, esta inyección de capital no beneficio a los habitantes de la vereda el Naranjo, tampoco a los 600 poblados de Nariño, ni a los 509 del Chocó y menos a los 81 del Valle del cauca; departamentos con altas cifras de habitantes con dificultades para adelantar iniciativas productivas o de creación de fábricas, limitaciones para desarrollar actividades educativas adecuadas, además de la agudización del abandono escolar en los primeros años educativos, por causa de la carencia de un sistema de electrificación u opciones energéticas sostenibles.
Una segunda ola de inversión por parte del Ministerio de Minas y Energías, se dio desde el 2010, invirtiendo al 2020 “2,7 billones de pesos para mejorar la cobertura”[iii] entregando en el 2018 al municipio de Guapi, al cual pertenece la vereda del Naranjo, el proyecto de la línea de interconexión eléctrica, que prometía contar 24 horas de suministro al día, operada por Centrales Eléctricas de Nariño – CEDENAR-a través del proveedor Energuapi[iv]. Esta noticia muy significativa para el pueblo guapireño, se convirtió en la oportunidad de terminar con años de la prestación de un servicio poco estable y con cortes imprevistos provistos por la empresa de energía GENSA mediante una planta generadora de energía alimentada con ACPM.
Se esperaría contar con un final de novela, “un todo resuelto, y zan se acabó”, después de la vinculación al sistema de interconexión eléctrica nacional en el municipio de Guapi. Pero, comenzaron a llegar noticias desconcertantes, como la acaecida a partir del 5 de marzo de este año, en la que se informaba de la interrupción del suministro de energía en Guapi, debido al daño en las torres de energía. Esta situación se prolongó por más de 6 días, de ahí que la comunidad tuviera que manifestarse a través de acciones como la velatón del 11 de marzo. Asimismo, este escenario sin iluminación afectó a Timbiquí y López de Micay. Un panorama similar, se dio durante octubre del 2018, irónicamente el año en que comenzó a funcionar la línea de interconexión operada por CEDENAR. Así las cosas, la garantía del suministro de las 24 horas de energía, están embolatadas desde el día de la entrega de la línea. Es decir que, no “ha cesado la horrible noche y los surcos de dolores”, continúan las fallas y cortes imprevistos. Por lo que, la sostenibilidad del sistema de interconexión eléctrica en contextos geográficos diversos se hunde en un sin futuro de permanencia y sin ningún plan de contingencia, esto último sustentado y sostenido por el desinterés e indolencia del gobierno nacional.
Este año, la Universidad Nacional analizó la conexión al sistema interconectado eléctrico nacional del Charco, Guapi y Timbiquí, comunicando que para el 2025 se presentará sobrecarga en los transformadores de estas subestaciones, lo cual generará un desabastecimiento de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) en los municipios[v]. Frente a lo cual, el país deberá definir un sistema de suministro de energía asilado al sistema interconectado eléctrico nacional, que sea constante, confiable y asequible en costos. Considero que, este estudio deja entrever la urgencia de considerar las energías renovables como una posible solución para proveer la iluminación a municipios y veredas de la región, además de una alternativa para aportar al desarrollo económico del pacifico. Pero, ¿De dónde saldrían los recursos? ¿Habrá una tercera ola de inversión del Ministerio de Minas y Energías para el pacífico?
Las inversiones que se realizarán para la expansión en el campo energético del país se supeditaron a los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda del 2018, el cual dramáticamente redujo la población Negra, Afrocolombiana, Palenquera y Raizal en un 30, 8 %, hecho que se ha denominado como un “genocidio estadístico”[vi]. Sin duda, al Estado colombiano sí le funciona el ojalá se vaya la luz, para pasarse de la raya.
[i] https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/los-poblados-que-aun-no-tienen-energia-electrica-en-colombia-324980
[ii] según los datos del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las zonas no interconectadas.
[iii] https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/los-poblados-que-aun-no-tienen-energia-electrica-en-colombia-324980
[iv] Esta empresa presta en el municipio el servicio desde el 2005.
[v] https://www.portafolio.co/economia/interconexion-desde-las-zonas-aisladas-del-pais-538383
[vi] https://convergenciacnoa.org/comunicado-a-la-opinion-publica-3/
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