Cien días de intensos cambios
10 de noviembre de 2022
Por: Arleison Arcos Rivas
El gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez llego a sus primeros 100 días, no ha sido fácil, tampoco han generado grandes transformaciones lo cual evidentemente no puedo ocurrir ha tenido una enorme contradicción y una fuerte persecución por parte de fuerzas de derecha. Si bien las condicionantes sociales, políticas e institucionales del Estado y del poder ejecutivo no se transforman en tiempo tan corto, la ciudadanía y los opinadores elevan las expectativas respecto de lo que siga para un gobierno más allá de sus primeros 100 días, usando la radiografía de ese momento.
Lo primero que resalta en este novel gobierno es que ha debido apagar fuegos informativos y novatadas comunicacionales, apenas concebibles por la diversidad de fuerzas y la heterogeneidad de personalidades con las que se está terminando de confeccionar la colcha ejecutiva. Salidas en falso, información evasiva e incluso contradicciones, han obligado al gobierno nacional a adoptar la figura del portavoz oficial buscando que la petrista Casa de Nariño gane coherencia en el permanente examen público al que responde. Lo difícil será concitar a los medios noticiosos para que respeten tal vocería, limitando la voracidad con la que abren sus micrófonos y grabadoras a la eterna búsqueda de la chiva y la infidencia proveniente de “fuentes de alto turmequé”.
Con todo, en la observación de los hitos en estos primeros cien días, tres emergen como los más destacados.
- El Tratado de Escazú. Vigente desde abril del 2021, el positivo trámite legislativo de adopción de este tratado constituye el gran hito de los 100 días del gobierno del Cambio es la aprobación del Tratado de Escazú. Por todo lo que representó en términos de su negación durante el gobierno anterior, la aprobación mayoritaria de este tratado constituye un espaldarazo a las pretensiones ambientales que caracterizan a Petro y Márquez, legitimando mucho más la participación de ambos en la Cumbre ambiental COP27, que les ocupa en Egipto en la presente semana.
Más allá de las críticas adivinatorias y los neoliberales cantos de sirena, que el Estado se proponga garantizar la implementación plena y efectiva de los derechos de acceso a la información ambiental, ampliando la participación pública y la consulta previa en los procesos de toma de decisiones sectoriales, generando instrumentos de veeduría y acceso a la justicia, así como estrategias de protección efectiva a los activistas ambientales.
- Legislación para la Paz total. El segundo gran hito sobre el cual se siembra la esperanza de transformación social es el robustecimiento y aprobación de la ley 418 para la articulación de la paz total, que implica la ampliación de la actuación institucional orientada hacia el desmantelamiento de estructuras criminales que tramiten su pleno acogimiento a la justicia. De igual manera, se dota al ejecutivo de herramientas para la negociación y desarme de las organizaciones armadas a las que se les reconozca estatus político.
Los anuncios de la reanudación de diálogos y negociaciones con el ELN e incluso con disidencias de las FARC que desertaron del proceso de paz o la firmaron e incumplieron, como la Segunda Marquetalia, resultan promisorias en un país en el que muchas fuerzas siguen apostando a la guerra y la exacerbación armada de los conflictos.
En igual sentido, haber provocado un tránsito armonioso en la cúspide de las fuerzas armadas y de policía, bloqueando los vientos de un derechoso y onírico golpe de estado, puso a Petro a comandar una fuerza pública cuya misión en el contexto de las actuales transformaciones todavía resulta ambiguo, tal como evidencian las salidas violentas del ESMAD, las acciones militares y de policía arbitrarias contra población civil; pero anuncia una nueva cauta dinámica en el enfrentamiento de actores armados y desregulados, como una práctica garantista al bloquear las acciones.
- Reforma Tributaria. El tercer gran reto asumido por el gobierno Petro en sus cien días primeros, es el que más desgaste y discusiones ha generado, estimulando incluso la movilización de sus contradictores en las calles, en tres ocasiones hasta ahora. La aprobación de una reforma con un impacto fiscal de 20 billones ha evidenciado fisuras con algunas fuerzas declaradas de gobierno, al tiempo que las de oposición se han radicalizado hasta la crispación.
La financiación de un límite para las rentas exentas hasta 10 millones, con una tarifa efectiva de tributación superando ese límite; el incremento de aportes por ganancias ocasionales, dividendos y venta de inmuebles, la adopción del impuesto a bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y gravamen a los plásticos de un solo uso, sobretasa a petroleras y mineras, figuran entre las diferentes medidas implementadas por la vía tributaria.
Si bien ninguna medida impositiva resulta popular, más aun en un país en el que la evasión obliga a la autoridad aduanera e impositiva a afinar el aparataje para mejorar el recaudo, entusiasma la promesa de que los nuevos recaudos serán invertidos en programas de atención integral enfocada al desarrollo rural integral, la prosecución de la paz, el mejoramiento en educación, salud, vivienda y saneamiento básico, implicará tomar medidas que robustezcan el mejoramiento de la calidad de vida de infantes, jóvenes, adultos y ancianos en el país, afianzando la compra de tierras, el desarrollo de vías terciarias, el saneamiento básico y la dotación de agua potable, el otorgamiento de becas y la universalización de la gratuidad, el mejoramiento de la alimentación escolar e infantil, entre otras medidas que incidan notoriamente en el avance de la justicia social.
Varias reformas y políticas de amplio impacto quedaron asentadas en estos días iniciales: el ministerio de la igualdad, la reforma a la salud, una reforma pensional aún en ciernes, una reforma a la ley 30 que debe ampliarse y empezar un replanteamiento total a la ley 115 para darle coherencia al Sistema Nacional de Educación, pasan por consolidar el trabajo territorial emprendido con los Diálogos Regionales Vinculantes, para informar al país los contenidos del venidero Plan Nacional de Desarrollo. Entregarle a la sociedad en estos primeros 100 días la propuesta borrador del plan de desarrollo no solo resulta alentador, sino que, más allá de estos cien días, abre las puertas y ventanas del optimismo nacional que se respira en este gobierno del cambio. Ojalá las fuerzas de desgaste puedan seguir siendo bloqueadas, como hasta ahora.