El cimarronismo contemporáneo y el problema del poder político

Por: Iván Alberto Vergara Sinisterra*

  

Las élites dominantes americanas blanco-mestizas se han propuesto una meta hasta la actualidad contra el pueblo afroamericano, mantenerlo bien fuera del poder a cualquier costa, no permitirle resquicios de ascenso social, blanquearlo, obligarlo a adoptar los valores occidentales de subordinación, enfrentarlo entre sí, y que sea el verdugo de su propia miseria y despersonalización. Ha producido al interior del pueblo afro de América y de Colombia en particular una especie de sujetos, a decir de Malcolm X, denominados “Tíos Tom”, esclavos de libreas fieles sirvientes del sistema de dominación blanco. Estos agentes son la gran mayoría de ciertos sectores de clase “media negra acomodada”, los politiqueros de turno y funcionarios de bajo perfil que terminan en la corrupción más rayana afectando severamente las condiciones de vida de las comunidades afros y que desprecian cualquier acto de insubordinación de las comunidades cuando van en pos de sus reivindicaciones, o las utilizan de manera oportunista para escalar individualmente e incluso paralizar la capacidad de acción y movimiento de la misma porque le aterra que le afecte en sus intereses egoístas y el de sus amos.

Las reivindicaciones transformadoras conquistadas por el pueblo afroamericano han sido el resultado de sus luchas, pero han quedado atrapadas dentro del aparato burocrático del poder, al no ser ellas el mismo agente que las materialice y las profundice y porque no ha construido una fuerza política capaz de conquistar el poder o parte del poder y control de los Estados en América, que le permita conjurar los descomunales problemas que padece en cada nación.

La tara esclavista que aún permanece en la mentalidad de las comunidades afroamericanas para el caso de América Latina y el Caribe, no les ha permitido vislumbrar la necesidad y la ambición obsesiva de conquistar poder político para combatir a las clases dominantes neocriollas, desinstalar los discursos y prácticas racistas y aniquilar los dispositivos de explotación capitalista. Las reivindicaciones y conquistas de los derechos étnicos afroamericanos ganados ya no pueden quedarse en la mera movilización y en las meras leyes y decretos, deben trascender en la toma del poder político, el acceso al dominio estatal y sus regímenes políticos.

El acumulado y experiencias de las luchas históricas deben llevar a los pueblos afroamericanos a construir organizaciones fuertes, poderosamente sólidas, con una militancia popular afro severamente disciplinada, con convicción y claridad en la meta por el poder, con un liderazgo ampliamente colectivo, democrático y comprometido sin ningún amague traidor al proyecto del poder negro. Alcanzado este nivel, la movilización permanente, la acción partidaria, el ejercicio electoral consciente y la capacidad de asumir el poder, permitirá resolver las contradicciones no resueltas del capitalismo actual a favor de los pueblos afros y de todos los pueblos del continente sometidos al proyecto del blancaje capitalista.

Las comunidades afroamericanas y afrocolombianas en particular deben entender que sus intereses jamás serán parte de otros proyectos, ni tendrá el mismo carácter de importancia como lo ha demostrado su larga pelea por la libertad en estas tierras, así vengan de la derecha o de la izquierda siempre han sido traicionadas y aplazadas sus reivindicaciones y utilizadas como carne de cañón, como carga ladrillos y cabrestos de esas propuestas. El pueblo afroamericano ha estado y se encuentra sólo frente al combate de la dominación de clase, del patriarcado y del racismo. Debe sacar de sí misma las fuerzas y la capacidad creadora de pensar un nuevo tipo de organización, una nueva sociedad, una nueva filosofía, un nuevo tipo de Estado y una nueva forma de ejercer el poder y la igualdad real para todos los seres humanos en toda su multidiversidad étnica y cultural.

Malcolm X fue categórico y con claridad meridiana en sus planteamientos, “¡el poder solo retrocede con el poder!” y ese poder para la gente Afroamericana emana de la rigurosidad organizativa, del temple, militancia y claridad política e ideológica, de su liderazgo para conquistar el poder político sin contemplaciones, para movilizarse y lograr contrarrestar ese otro poder opresor del blancaje en una nueva era de recolonización neoliberal y de salvajismo capitalista a ultranza.

La Escuela de Liderazgo Afrocolombiano y Afrorisaraldense Palenque de Egoyá, tiene esa misión.

*Docente. Licenciado en Ciencias Sociales. Experto en estudios afrocolombianos. Especialista en Historia Contemporánea de Colombia. Mg. en Educación. Candidato a PhD. en Ciencias de la Educación. Militante del Movimiento Nacional Cimarrón.

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