18 de julio de 2023
La expresión pronunciada hace una semana por el obispo de la Diócesis de Itsmina, Mario de Jesús Álvarez: “El Chocó es una bomba de tiempo”, es el calificativo que describe integralmente la realidad humanitaria de ese departamento. La cruenta confrontación entre todas las estructuras que hacen presencia en el Chocó tienen a su población viviendo una pesadilla cotidiana.
Los combates, confinamientos, desplazamientos y la muerte parecieran ser el paisaje natural de los habitantes de buena parte de los territorios chocoanos. En los municipios de Itsmina, Medio San Juan, Litoral del San Juan, Novita y Sipí los desterrados superan los 8.000 y las comunidades confinadas son más de 50. El alcalde de Sipí, uno de los municipios más empobrecidos del país, dijo hace unos días que los casi 5.000 pobladores de esa municipalidad ya no saben qué hacer, y que sus gobernados ya no aguantan más.
Y tampoco aguantan más los quibdoseños, a quienes en plena capital del departamento les toca padecer la extorsión permanente, la violencia expandida a todos los rincones de la ciudad y el control territorial de varias estructuras armadas. Ya en esta ciudad se volvió natural que cada fin de semana sean asesinados hasta una decena de jóvenes. Es que las imágenes de hombres armados con fusil recorriendo las calles de Buenaventura y que conmocionaron al país, no son extrañas para los habitantes de las comunas de la capital chocoana.
¿Y la institucionalidad? En ese ámbito el departamento está descuadernado. Inclusive, hoy el Chocó pareciera tener dos gobernadores ejerciendo funciones. La designada por el Gobierno Nacional ante la detención por corrupción y separación de su cargo del elegido para este periodo; y éste último, quien recuperó su libertad por vencimiento de términos, y a pesar, de estar limitado para gobernar, volvió a despachar e inexplicablemente asumió las cuentas bancarias de la administración.
Todo esto ocurre en medio de una dramática crisis humanitaria que no ha tenido la más mínima respuesta de las autoridades locales, cuya actuación se resume en lo expresado por el alcalde de Sipí “ya no sabemos qué hacer”. Entretanto, el Gobierno Nacional intenta consolidar un cese al fuego multilateral, y en la buena fe de querer hacerlo con todos los grupos que tienen presencia en la ruralidad y en lo urbano, se hace compleja su concreción, especialmente, por los múltiples conflictos que por el dominio territorial y el control de las rentas ilegales existen entre las diversas estructuras armadas.
Es que no basta el cese al fuego con las fuerzas estatales, en buena parte de la subregión del San Juan chocoano la confrontación es entre el ELN y las AGC. Y en Quibdó es entre Los Mexicanos, las Fuerzas Armadas RPS, los Locos YAM, el Cartel del Norte y estructuras urbanas del ELN y la AGC ¿Cómo detener la confrontación entre ellos? Allí se necesitan llegar a acuerdos humanitarios urgentes que reduzcan la intensidad del conflicto. Las Caravanas Humanitarias consensuadas en la mesa de dialogo con el ELN son una acción necesaria y tendrían que replicarse con los otros grupos.
El diálogo, los procesos de paz y de sometimiento a la justicia tienen que afinarse en este Gobierno. No hay lugar a errores ni improvisaciones. Las comunidades del Chocó urgen de acuerdos reales que silencien los fusiles, de lo contrario la situación del departamento puede convertirse en una catástrofe humanitaria que desterrará a decenas de miles de sus habitantes a otras ciudades del país. El ejemplo más próximo son las comunidades indígenas Emberá chocoanas, que por el conflicto aún permanecen en Medellín y Bogotá, hacinadas y maltratadas por la misma institucionalidad de esas ciudades.
En el Chocó como en La Guajira recientemente, se hace necesario y urgente que el Gobierno Nacional sesione desde ese territorio y ponga sus ojos en esta población. Que no solamente está siendo violentada por el conflicto, sino por el desgobierno, el empobrecimiento y la desesperanza.
Comentarios
Artículos recientes
Las lecciones del odio y la tarea escolar
5 de septiembre de 2024 Por: Arleison Arcos Rivas Los conflictos étnicos
Cementerio de elefantes
2 de septiembre de 2024 Por: John Jairo Blandón Mena En los
Un defectuoso país electorero
29 de agosto de 2024 Por: Arleison Arcos Rivas Colombia es un
Una escuela antirracista y reparadora
22 de agosto de 2024 Por: Arleison Arcos Rivas A la escuela