Colaboradores del horror
19 de julio de 2021
Rudy Amanda Hurtado Garcés
Hay una fracción de la burguesía colombiana que desde su privilegio racial y de clase acuden al discurso ilustrado, civilizado y republicano liberal de élite para distinguirse, distanciarse y alejarse de lo “popular”, periférico y no blanco. Esta gente en su mayoría vive en barrios ocupados históricamente por la burguesía bogotana, han hecho sus pregrados y sus postgrados en prestigiosas universidades de la ciudad y en el exterior, hablan inglés, francés y alemán. Además, venden su fuerza de trabajo en lugares privilegiados del aparato burocrático del Estado y en lo privado con sueldos y prebendas iguales o mejores que las y los congresistas. Esta gente pelucona, consentida, gomela, para reafirmar y mantener sus privilegios han colaborado con el horror de este país, han sido cómplice porque cuando en momentos específicos de la historia política del país, han tomado la decisión de ser “tibios”, ni de la derecha, ni la izquierda, y es justamente este lugar, esta postura que ha garantizado que los perpetuadores del horror, la guerra se mantenga en el poder del Estado. Pueden convivir con el horror de este país porque la acumulación del capital de sus familias no está en riesgo, sus trabajos con altas remuneraciones continúan y pueden seguir escribiendo la historia desde su comodidad porque los rostros de la guerra, el hambre, no toca sus vidas, las de sus familias, y mucho menos sus amigos de colegio y del neighborhood.
Para lavar sus culpas piden indulgencias presentándose como una alternativa, tercera vía, la “esperanza” que redimirá al país de la polarización de la ultraderecha y de las izquierdas. Esta postura salvacionista y redentora, jugó un rol decisivo en la segunda vuelta de las pasadas elecciones presidenciales, en ese momento crucial para el país prefirieron votar en blanco, apoyar el abstencionismo. Esas decisiones han colaborado con la continuidad de la barbarie que vive el país. También ha permitido en varios periodos presidenciales la existencia de un Estado abiertamente narcoparamilitar transnacional que sigue incitando a la degradación de la guerra. Si bien, ustedes colaboradores de este estado de cosas se han “culpado” y “pedido disculpas” por estos horrores a la sociedad colombiana a través de campañas en redes sociales, cuando el paro les interpeló sus espacios políticos esto sigue siendo muy “tibio”, una fábula que representa este lugar político. La historia no podrá absolverlos porque están apoyando para que el horror siga perpetuándose y existiendo. Se necesita que se acerquen a lo popular, a lo periférico, que se atrevan a ennegrecer sus vidas, a romper con el proyecto blanco, andino e ilustrado.
También es importante decir, que las izquierdas requieren un sacudón profundo si queremos avanzar hacia la victoria política electoral. No puede seguir el camino de los colaboradores del horror reproduciendo prácticas racistas y patriarcales, las cuales violentan y distancian cada vez más a los proyectos feministas y antirracistas, y eso es un debate que está emergiendo y posicionándose en la esfera pública. Sino generan unas profundas transformaciones y se mueven rápido de estos mandatos patriarcales y racistas terminarán subsumiéndose en el horror.