Jefas de hogar
De los 18 millones de hogares que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) hay en Colombia, el 45% están conformados por una madre cabeza de hogar. Este dato revela que alrededor de la sexta parte de la población colombiana son mujeres que sostienen y lideran sus hogares de manera principal para garantizar los derechos de sus hijos o de las personas a su cargo.
Sin duda; que, en un país machista como el nuestro, este contexto es un factor generador de exclusión para esas mujeres. En Colombia, desde hace varias décadas las tasas de empobrecimiento son ostensiblemente mayores para las mujeres, y especialmente, para las que ejercen la jefatura de hogar. El año pasado en un informe realizado entre el DANE y ONU Mujeres se calificó que la pobreza en nuestra nación tiene “rostro femenino”; toda vez que, por cada 100 hombres en situación de pobreza, había 121 mujeres.
El panorama laboral para las mujeres cabeza de hogar es complejo y restringido. Si bien, el actual gobierno ha reducido la tasa general de desempleo, ese descenso sigue sin mejorar la precaria situación de las mujeres en el contexto del trabajo. El DANE registró que en el segundo trimestre de este año la tasa de desocupación masculina fue de 7% mientras que para la femenina está por encima del 11%. Esta situación crítica se aumenta con las sistemáticas expresiones de discriminación laboral de genero sustentadas en las dificultades para acceder y permanecer en el mercado laboral a causa del desconocimiento de las condiciones personales y familiares de la mujer cabeza de hogar.
En los hogares donde hay menores, deberían padre y madre conjuntamente cumplir sus obligaciones y ejercer sus derechos en el marco de la patria potestad; sin embargo, en Colombia crece de manera exponencial delitos como la inasistencia alimentaria. Entre 2020 y 2022 se presentaron 100.000 denuncias ante la Fiscalía General de la nación. el 2024 registraron 15.948 de procesos que iniciarán. Desde luego, que son los hombres los mayores procesados civil y penalmente; el 86% de las demandas son presentadas por mujeres.
Colombia es pionera en tener una normativa para las madres de hogar, la Ley 1232 de 2008; en igual sentido, una dirección en el Ministerio de la Igualdad y Equidad dedicada a este tema exclusivamente; empero lo anterior, la condición de decenas de miles de mujeres jefas de hogar sigue siendo de estigmatización, exclusión, empobrecimiento; y, sobre todo, falta de garantías de sus derechos fundamentales. El presupuesto asignado por el gobierno a la citada dependencia para las mujeres cabeza de hogar es absolutamente ínfimo. Por tal razón; se requiere que los programas estatales dirigidos a esta población comprometan más recursos y mayor articulación institucional para satisfacer el mandato superior que las mujeres cabeza de hogar son sujetos de especial protección constitucional, tal como lo expresan magistralmente las sentencias T-213 de 2015 y la SU-388 de 2005.
En ese marco, es fundamental que en Colombia se legisle sobre la posibilidad de dignificar el trabajo inconmensurable de buena parte de las amas de casa, que como jefas de hogar asumen tareas hogareñas y labores en la informalidad. El reconocimiento legal de su trabajo como pilar fundamental de una sociedad debería ser el antecedente para que las miles de empobrecidas en el futuro cercano puedan recibir una pensión solidaria por parte de la sociedad en general.
