Me duele Tura
10 de octubre de 2022
Por: John Jairo Blandón Mena
No nací en Buenaventura. He visitado esa tierra en varias oportunidades por efecto de actividades organizativas. Y tanto desde la literatura, como desde la academia y cuando se pisa ese territorio, es muy complejo entender las realidades que atraviesan a las mayorías de bonaverenses. Sí, las mismas penurias de los habitantes del Pacífico colombiano, pero exacerbadas por la contradicción de ser concebida como una comunidad empobrecida al lado de un puerto millonario, y no una población dignificada y empoderada por la actividad de ese enclave portuario.
La historia de Buenaventura es la de la dignidad de sus gentes; pero al mismo tiempo, la de la indignidad y la crueldad de quienes la han gobernado desde allá mismo y desde Bogotá. Varios de los últimos alcaldes de esa ciudad, coincidieron en completar el periplo de terminar anticipadamente su mandato en la cárcel. Ahí en ese listado están: Saulo Quiñonez, quien prevaricó con 11.600 millones de pesos en obras de colegios para la zona rural. José Félix Ocoró Minotta, quien se embolsilló cuantiosos recursos de la contratación pública con nominas paralelas, peculados y falsedad en documento público, todo en sus dos nefastos periodos como burgomaestre. Bartolo Valencia, quien desapareció varios cientos de millones destinados a la atención de niños en la precaria y obsoleta infraestructura educativa del distrito. Eliécer Arboleda, quien malversó más de 5.000 millones de pesos destinados a la operación del hospital distrital. Y hacía atrás, hay otros tantos, que de citarlos se acabaría el espacio para esta columna. Ahí se los dejo, todos con el común denominador de haber aportado al saqueo sistemático de las arcas de Buenaventura (Freddy Salas Guaritoto, Jaime Mosquera Borja, Édgar Carabalí Mallarino).
Y la empresa electoral que los elegía funcionaba muy bien. Una mafia puesta al servicio de la compra de votos con dineros del erario y también a sangre y fuego. Las maquinarias partidistas ponían a uno, y una vez destituido, al otro, que a su vez era destituido porque el modus operandi de la gobernanza de Buenaventura era la corrupción.
Pero, la dignidad de los bonaverenses es mayor a la indignidad de sus gobernantes. El Paro Cívico de 2017 movilizó a más de 150 mil personas, que no sólo protestaron contra el desgobierno, la corrupción y la falta de garantía de derechos; sino que dejaron sentadas las bases para el establecimiento de un gobierno popular.
Así llegó Víctor Hugo Vidal Piedrahita a ser alcalde. Él, un hombre hecho en el movimiento organizativo afrocolombiano, luchador social y quien lideró las banderas del Paro Cívico, fue el ungido por las mayorías de las bases populares para que dirigiera los rumbos de la ciudad de acuerdo a la hoja de ruta construida por el Pueblo Bonaverense.
Es hora de hacer balances. Un gobierno popular no puede asemejarse ni en forma ni contenido a los que han desangrando el erario, la dignidad y el porvenir de Buenaventura. Escuchar y leer análisis de bonaverenses afirmando esas coincidencias es un hecho que debe dilucidarse. El movimiento social no puede cargar con desgobiernos a su nombre. Es necesario, que se abra el espacio de debate. Los bonaverenses en sus bases y el Pueblo que se movilizó tienen que expresar su sentir frente a este gobierno de la “Buenaventura con Dignidad”. Y en ese sentido, tal como lo expresó el senador Alexander López Maya, se hace necesario y urgente que una vez el alcalde Víctor Hugo Vidal Piedrahita supere sus quebrantos de salud, rinda cuentas a la ciudadanía sobre las presuntas irregularidades que encontró la Fiscalía en el convenio interadministrativo por $1.300 millones para la conectividad de 80 colegios ubicados en el puerto de Buenaventura, donde ya hay varios de sus funcionarios capturados.
Tengo la esperanza que haya alguna explicación que desvirtúe las acusaciones judiciales. Porque un acto de corrupción en un gobierno popular sería una grave estocada a los procesos de base de las comunidades.
Nota: Deseo que nuestros ancestros y ancestras le brinden la recuperación total en su salud al alcalde de Buenaventura Víctor Hugo Vidal Piedrahita.