¿Y la Paz, para cuándo?

Por Última actualización: 19/11/2024

28 de abril de 2022

Por: Yeny Parody Molina

Anorí es un municipio ubicado en el nordeste de Antioquia, allí como en Segovia, Ituango, Yondó y Mutatá está ubicado unos de los ETCRs (Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación) en el departamento.

A Anorí llegué en compañía del Dr. George Kunnath, un investigador del London School of Economics, que está haciendo una investigación sobre el cumplimiento del Acuerdo de paz que se hizo entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP en el 2016.

El ETCR de Anorí está ubicado en la vereda La Plancha. En este espacio territorial se encuentran viviendo cerca de 100 personas en proceso de reincorporación de las cuales 40 son niños.

Durante esta visita se hicieron entrevistas con diferentes integrantes del ETCR en donde el objetivo era conversar con ellos acerca de su visión alrededor de la reincorporación, sus expectativas y sus esperanzas. Confieso con tristeza que encontré en ellos y ellas, mucha desesperanza y desolación.

El ETCR se concibió como un espacio transitorio para los excombatientes en proceso de reincorporación a la vida civil. En ese sentido, uno de los puntos importantes del Acuerdo de Paz es el compromiso del gobierno colombiano con la adecuación de zonas de vivienda permanente y la entrega de una vivienda a cada una de las familias que están en el espacio.

Este ha sido uno de los puntos que ha causado más inconformidad en los firmantes del acuerdo de paz, ya que fueron ubicados en el ETCR con la idea de no permanecer allí más de un año, sin embargo, hoy están cumpliendo 4 años sin que se haya cumplido este punto.

En las conversaciones con ellos pudimos constatar que cada uno tiene una visión distinta de lo que está sucediendo. Por ejemplo, muchos se niegan a comprar enseres porque sienten que en cualquier momento una guerra a la que ya no pertenecen, les puede arrebatar la vida. A todos, casi sin excepción, se les nota la desesperación porque sienten que sus vidas y las de sus familias están en peligro y no cuentan con ninguna garantía. Hay una zozobra permanente por no saber si el tránsito a la vida civil, se podrá llevar a cabo.

Es la historia de Alejandro, uno de los habitantes del ETCR, que decidió afrontar este momento de su vida sin preocuparse mucho por establecerse, ni tener hijos. Alejandro, por ejemplo, está enamorado de un proyecto apícola al que se ha dedicado de tiempo completo. Para ello, alquilaron una finca pequeña donde tienen las colmenas. Se trata de un proyecto piloto, Miel de la montaña, que como ellos mismos dicen, va a estar ubicado en Anorí, un municipio que tradicionalmente no es conocido por tener proyectos apícolas.

El ETCR tiene diferentes proyectos productivos como Confecciones de la montaña, 500 gallinas ponedoras, un cultivo de tilapias y uno de esencias y jabones. Una parte de la producción se usa para consumo propio, y el resto se vende en el pueblo o por redes sociales como sucede con el de confecciones.

También se están llevando a cabo proyectos de integración con la comunidad. Es el caso de Robert quien lidera un proyecto deportivo financiado por la UEFA (Union of European Football Associations) que consiste en formación deportiva y acompañamiento psicosocial para la reconstrucción del tejido social con la comunidad. La historia de vida de Robert es desgarradora, durante el conflicto armado, perdió a su familia a manos de los paramilitares y él solo pudo sobrevivir en las filas de las FARC.

La mayor preocupación de estas familias de reincorporados es el temor de una incursión paramilitar, como nos contó Alejandro. Cuenta que en febrero, de este año, vivieron un momento muy difícil porque se enteraron de que los paramilitares tenían un plan para atacar el ETCR. No lo lograron porque al parecer, las disidencias de las FARC y el ELN los enfrentaron y les impidieron avanzar.

Los enfrentamientos armados que se están presentando en las zonas donde están ubicados los ETCRs se han convertido en una de las amenazas más graves para la reincorporación, porque ya no se sienten seguros y tampoco saben a dónde ir.

Todo esto ha hecho que se respire un ambiente de zozobra y de desesperanza. El sentimiento de desilusión por el incumplimiento es permanente, y aunque muchos viven en función de los proyectos productivos, sus vidas están sometidas a una situación muy compleja.

En las conversaciones con las mujeres acerca de la visión que tienen acerca de su futuro, la respuesta fue contundente. “Qué futuro vamos a tener en un lugar donde el fogón queda al lado de la cama”.

Durante el gobierno de Iván Duque (2018-2022), quien durante la campaña presidencial prometió hacer “trizas el acuerdo de paz”, el recrudecimiento de la guerra y el fortalecimiento del paramilitarismo ha desvanecido las esperanzas de paz para estas familias y las comunidades. Comunidades que ven cada día como la guerra regresó con más fuerza.

La declaratoria de Estado de Cosas Inconstitucional por parte de la Corte constitucional, pone en evidencia la falta de compromiso con la paz y el incumplimiento por parte del Estado colombiano. De ahí la importancia de que Colombia tenga un gobierno que realmente se comprometa con la implementación del Acuerdo de paz.

Nota: Los nombres de personajes han sido cambiados para proteger su identidad.

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