¿Antirracismo? una reflexión abierta

23 de mayo de 2022

Por: Yiro Lasso

El otro día reflexionando me puse a pensar en la frase de la célebre Ángela Davis la cual nos dice que “en una sociedad racista, no ser racista no es suficiente. Tenemos que ser antirracistas”, una poderosa consigna que le da un valor y una de las rutas de lucha respecto al pueblo Negro y la sociedad en general, pero ahí es donde yo me preguntaba ¿Qué es pues el antirracismo? Y efectivamente, una respuesta sencilla sería decir que es una forma de acción, oposición e identificación de la estructura racial o el racismo estructural, respecto a unas opresiones históricas materiales hacia personas racializadas que son oprimidas económica, política y culturalmente. Hasta aquí todo perfecto con el antirracismo, pero… ¿Cuál es la propuesta o el modelo que nos deja el antirracismo? Y es aquí donde para mi el antirracismo tiene sus límites, al igual que cuando hablamos de antimachismo, antisexismo o anticlasicismo, propuestas que se pintan desde una ‘oposición’, en el caso del antirracismo a la ‘supremacía blanca/mestiza’ -utilizándolo al contexto latinoamericano- en donde se crean narrativas que desafían e intentan subvertir los prejuicios, los estereotipos, las discriminaciones -también en clave de género y clase, traspasandolo a un sentido interseccional- contra las personas Negras racializadas en este caso.

Y es que el antirracismo desde mi experiencia militante es una herramienta que te enseña a no despreciar “otras” formaciones sociales y culturales -en este caso- Negras/Afrodescendientes, te enseña a amarte, comprenderte en un sentido individual y colectivo,  respetarte y respetar a quienes te rodean, no obstante, no va a ir más lejos de ahí, de la cuestión abstracta, pues no se atreve a romper y crear más allá de estas formas hegemónicamente impuestas, pues te va a decir una y otra vez de una y mil formas que “como Negros tenemos que trabajar el doble para llegar a la mitad”, ¿y que más? Como ya mencione, nos da unas propuestas de lucha y defensa materiales claras para las sociedades y culturas Negras/Afrodescendientes, respecto a las formas en las que nosotros habitamos y convivimos en los territorios, bien sean rurales o urbanos,  esto lo podemos ver evidenciado en un sinfín de acciones antirracistas que han dado la pelea y se han convertido en ley, decreto y un largo etc, el cual queda escrito en papel y tinta de agua, ya que no mueven realmente la estructura -racial en este caso- o el sin fin de material ‘pedagógico’ que encontramos en redes sociales que en seis o diez imágenes te muestran que es y como opera el racismo y los sistemas de opresión existentes en la sociedad, como último paso “te pedimos que lo compartas, le des like y comentes, para que muchas más personas entiendan a que nos enfrentamos”, pero vuelve y juega ¿a qué le apunta esta herramienta ‘pedagógica’, cual es su sentido político, práctico y transformador, más allá de sentirse superior a quien no tiene acceso a esa información o más allá de publicarlo entre amigos, la doña o el don con quien estoy discutiendo en algún comentario de Facebook, en la historia de Instagram y demás? ¿cuál es el aprendizaje significativo y liberador de estas publicaciones? Realmente, es muy dudoso y limitado el alcance de estas publicaciones, esto no nos está liberando a las personas oprimidas actualmente, pues estos intentos parten de abstracciones y de “no cosas” como nos dirá Byung-Chul en la irrelevancia que está tomando actualmente lo material respecto a una idea de realidad digitalizada, en un mundo de las ideas con ruidos que no permiten aclarar las aguas de la mente -es decir una sin acción- no pienso ir más allá en esta reflexión, ya que no es mi objetivo hacerlo, no obstante espero haber dejado claro que el antirracismo como acción concreta, se queda corto cuando no se proponen formas reales de transformación colectiva.

Entonces, entra la pregunta ¿qué le falta al antirracismo para ser una acción liberadora y si se quiere revolucionaria? Hay que entender que la solución no se encuentra solamente en el antirracismo, debemos entender que el antirracismo es apenas una punta del iceberg respecto a la cuestión de pensarnos la construcción de la autodeterminación de las naciones -o de los pueblos-, de una manera coherente y constructora de poder popular, lastimosamente para esto el antirracismo no fue pensado ya que el racismo como una construcción social e histórica tiene su génesis en la colonia, lo cual dejó el colonialismo como base económica, epistemológica, ontológica, política y definitoria de las diferenciaciones y racionalizaciones de la gente Negra/Afrodescendiente y como destinataria a ser el último eslabón dentro del sistema capitalista actual. 

Tenemos entonces que pensarnos el anticolonialismo como una acción que confluye con el antirracismo y le da esos complementos que cada uno por separado no tienen, es el anticolonialismo una práctica que exige un respeto real y militante por nuestras comunidades, para luchar por construir una descolonización de la sociedad, generando y pensándose formas de autonomía respecto a las necesidades de alimentación, educación, salud, defensa e infraestructuras necesarias en nuestros territorios y no en otros lugares considerados como ‘centros’. Debemos saber leer cuales son estos legados tanto del colonialismo externo traído por Occidente, como también el colonialismo interno o colonialismo de colonos, reproducidos en la era republicana esclavista, racista y actualmente neoliberal. Cuando tomamos este marco de análisis entendemos el porque el pueblo Negro/afrodescendiente se encuentra mayoritariamente en las periferias regionales en una especie de cinturón Negro del empobrecimiento y nos abre la posibilidad de pensarnos acciones institucionales y no institucionales que permitan la liberación del mismo en clave de construir desde las bases “otros mundos posibles”.

Así que mientras el antirracismo critica únicamente la racialización, el anticolonialismo se piensa la abolición del sistema y las estructuras que producen y refuerzan la explotación, exclusión y subyugación en clave de la transformación radical de las bases materiales de la realidad social, tal como lo dice Angela Davis también, el radicalismo debe ser entendido como una forma de aferrarse a las cosas desde la raíz, para lograr arrancar todas las malezas y evitar que estas vuelvan y broten, es así que necesitamos proyectos políticos de base que se piensen abiertamente revolucionarios, en contraposición a los proyectos reformistas leales al lema “que todo cambie para que nada cambie”, mi invitación es aquí para que nos pensemos desde lo descriptivo/concreto, a que alimentemos estas narrativas dentro de las luchas Negras/Afrodescendientes aquí en Colombia, construir bases populares conscientes, no solamente pensar en la pequeña ‘elite Negra’, presta mayoritariamente a la asimilación y aculturamiento o instrumentalización para sus intereses individuales y clasistas, debemos escapar de estas tradiciones reformistas y poder pensarnos desde la tradición radical Negra, en donde como nos dijo Amilcar Cabral, es necesario generar suicidios de clase o suicidios ideológicos que permita pensarnos en clave de construirnos como sujetos políticos del cambio generando contrahegemonias o hegemonías alternativas en contra posición a las hegemonías dominantes, es necesario que el antirracismo se tome en serio no como el único marco de referencia sino una parte de lo que tenemos que interiorizar dentro de las operaciones existentes en el sistema actual. Solo así podremos dejar de invocar a nuestros ancestros en vano y olvidar en nuestro accionar el poder popular -desde el cimarronaje- que ellos construyeron, dejemos de construir narrativas desde las reivindicaciones baratas, para sostener, entrar y comer en la casa del amo, con las herramientas del amo, sería muy grato que los oportunistas dejen de hablar desde estos lugares, eso facilita muchas cosas, es por ello que debemos pensarnos ejercicios concretos con las bases -tanto casa adentro como casa afuera-, desde la ayuda mutua y la lucha revolucionaria, fuera de las trampas de las comodidades y privilegios, en últimas lo que quiero decir aquí es que no basta con ser antirracistas, hay que ser anticoloniales, no basta con ser anti machistas, hay que ser antipatriarcales, no basta con ser anticlasistas, hay que ser anticapitalistas, no basta con ser revolucionarios si no se piensa en luchar por los derechos de todas, todes y todos los oprimidos, desde una práctica de la honestidad, coherencia, lealtad, no instrumentalización y personalismos persistentes y existentes en los movimientos populares en Colombia.

POR ENCIMA DE TODOS NADIE, MUCHO ASHE Y LUCHA ¡CARAJO!

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