Quítense la mascara
28 de noviembre de 2023
Por: John Jairo Blandón Mena
En política no es posible estar con dios y con el diablo. Las declaraciones del ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo podrán ser inoportunas, pero son absolutamente ciertas: el Partido Alianza Verde no puede hacer oposición recalcitrante y al mismo tiempo gozar de las mieles de la burocracia del gobierno. Lo éticamente correcto, si es que esa colectividad entiende el significado de ese valor; era que sus candidatos al Congreso de la Republica no se hubieran elegido exhibiendo el apoyo al proyecto de transformación que proponía Petro; para luego de electos con buena parte de los votos alternativos actuar como cualquier partido de ultraderecha.
Las incongruencias del Partido Alianza Verde son enormes. Desde el inicio de este cuatrienio gubernamental se declararon parte de la coalición oficial y se hicieron al control de entidades como el SENA y el ICETEX; pero concomitantemente fueron un obstáculo que impidió la materialización de la reforma política, y ahora, fungen de defensores de los intereses de las EPS en detrimento del derecho a la salud de todos los colombianos. Las locuaces congresistas katherine miranda y Catherine Juvinao, petristas en campaña y antipetristas durante el trámite parlamentario de las reformas por las que se hizo elegir Petro; le piden a su partido que se declare en independencia. Tal declaración no se producirá, porque este colectivo sin el oxígeno que le da la burocracia estatal, se asfixiaría y perdería relevancia en medio de las contradicciones políticas que encarnas sus principales representantes.
Por el mismo camino, el Partido Liberal, que ya más parece la dictadura de Cesar Gaviria Trujillo amenaza con irse a la independencia, sin pasar tal decisión por la convención nacional, espacio natural de deliberación de esa colectividad. Todo parece una presión indebida para que el presidente les otorgue burocracia. Lo cierto, es que, si de estos partidos depende la aprobación de las reformas del Gobierno Petro, éstas no llegarán a buen puerto. Porque ellos quieren reformar la salud sin que se toque la perversa intermediación financiera de las EPS. Apelan a cambios cosméticos por los que los colombianos no votaron.
La más grande reforma del Gobierno Petro será la ejecución del plan de desarrollo Colombia Potencia Mundial de la Vida. Este propósito requiere que las instituciones estén orientadas por los partidos y las personas que construyeron los cimientos que posibilitaron el triunfo del presidente. Quienes votaron, apoyaron y trabajaron por las transformaciones que propone Petro no aceptan, que el control institucional lo tengan personas pertenecientes a colectivos hostiles al deseo popular de cambio. Esta asignatura está pendiente, a este gobierno le hace falta trabajar con quienes lo hicieron posible.
Entretanto, mientras escribo esta nota el Partido Alianza Verde anuncia que seguirá siendo parte del gobierno, pero que varios de sus miembros seguirán en independencia u oposición. Lo cual significa estar con dios y con el diablo. Por su lado, el partido liberal está entre quienes son sumisos a las directrices gaviristas, y quienes actúan como verdaderos liberales. Por su parte, lo que debería hacer el gobierno es gobernar con la hoja de ruta del plan de desarrollo; y exigirle a su bancada que posicione el debate de las reformas en un alto nivel para develar quiénes están del lado de pueblo, y quiénes en defensa de intereses mezquinos de continuismo antipopular y antidemocrático.